Ayer finalizó en Bilbao la Korrika 14, en medio de una marea de euskaltzales volcados en torno al euskara

Ayer finalizó en Bilbao la 14 edición de la Korrika, carrera que recorre toda Euskal Herria en apoyo de la lengua vasca y de la euskaldunización (aprendizaje de euskera) de adultos. Organizada por AEK, la edición de este año ha estado dedicada a la figura del euskaldunberri (se denomina así a quien ha aprendido euskera de mayor), personificada con nombre propio en Andolin Eguzkitza, miembro de Euskaltzaindia, lingüista y escritor fallecido el pasado año.

Un palo vestido con una ikurriña, un mensaje y un pueblo entero corriendo detrás, alegre, unido. Así de simple. Edurne Brouard ha repetido en incontables ocasiones que el que tiene la oportunidad de probar por primera vez la Korrika siempre repite. Pero no es capaz de explicar por qué. Nadie lo puede hacer. Así de mágico. Ninguna ley puede resumir en una fórmula compuesta por un laberinto de números y letras, por qué asoma al rostro de los niños ese gesto de éxtasis cuando llevan el testigo en la mano. Ni por qué jóvenes y mayores sonríen con esa risa olvidada en la niñez.

Ni el deporte, ni la música, ni el teatro, ni la política... ningún otro evento es capaz de arrancar tanta ilusión, tanta emoción, tantas lágrimas como la Korrika. Lo subrayaba ayer el coordinador de AEK en Bizkaia Fernando Landaburu: «Es bien curioso. Es el único acto que conozco que provoca el llanto de tantas personas a causa de la alegría y la emoción a la vez, lo que no consigue ningún equipo de fútbol».

Todo lo acontecido en los últimos kilómetros de la Korrika 14 es fiel reflejo de esa magia a la que hacía referencia Landaburu. Desde que el testigo hizo su entrada en la capital vizcaina por Kastrexana, sobre las 9:00 de la mañana, Bilbao fue un clamor en favor de euskara. El grupo inicial de 20 personas que irrumpió en la villa fue incrementando su número poco a poco, ttipi-ttapa, hasta formar un compacto e incontable pelotón.

El apoyo de las miles de personas que se acercaron ayer a Bilbao para decir "Ni ere bai!" (yo también) y apuntalar su compromiso con el euskara se hizo notar durante todo el trayecto, pero fue en los últimos metros cuando traspasó la línea que separa a los números y las cifras de lo incontrolable, lo intangible, lo humano. Santutxu, Deustu, San Inazio... fueron el preámbulo de lo que le esperaba a la caravana euskaltzale cuando Xabier Mendiguren, presidente de Kontseilua, hizo su entrada en una plaza Moyúa abarrotada.

En medio de un ruido ensordecedor y el pasillo humano, Mendiguren avanzó a paso lento arropado por varios representantes de las asociaciones que forman Kontseilua. En la plaza Circular esperaban los miembros de la mesa nacional y coordinadores de AEK --Ainhoa Kastro, Asier Amando, Joxe León Otaño, Kattin Bergara, Fernando Landaburu, Mikel Aldasoro, Mertxe Mujika--; la responsable de la Korrika 14, Edurne Brouard; la presidenta de Euskal Idazleen Elkartea (EIE), Tere Irastortza y Keltze y Josu, en nombre de la familia de Andolin Eguzkitza, el auténtico protagonista desde que la Korrika 14 arrancara hace ahora 12 días desde Orreaga.

Mensaje de Andolin Eguzkitza

Tere Irastortza fue la encargada de leer el mensaje que ha viajado por todo Euskal Herria a lo largo de 2.350 kilómetros para unir la historia, la tradición, con la modernidad. En medio de un silencio contenido y tras apagarse los últimos ecos del sonido de la txalaparta, Irastortza se transformó en Andolin Eguzkitza. Las palabras del santurtziarra tomaron la plaza San Nicolás; su voz, su imagen, regresaron por unos instantes a Euskal Herria para trasladar a todos el sentimiento que invade a un euskaldunberri cuando descubre el euskara: «Encontré otro universo y para mí aprender euskara fue un proceso de auténtico placer».

Fernando Landaburu fue el encargado de cerrar el acto. El coordinador de AEK tuvo palabras críticas hacia todas las administraciones que existen en Euskal Herria. «Ahora que finaliza Korrika 14, queremos realizar un llamamiento y un emplazamiento para que consideren la Alfabetización y Euskaldunización de Adultos con la dignidad, prioridad y seriedad que se merece; de la misma manera que pedimos su compromiso a las personas individuales, se lo hacemos a ellos». Landaburu finalizó su discurso invitando a todos a conocer «la satisfacción que proporciona el saber euskara».

MENSAJE FINAL DE LA KORRIKA

«Aspaldian bihurtu nintzen euskaldun, eta nire bizitzan urte gehiagotan izan naiz euskaldun erdaldun baino. Nik memento batean erabaki nuen euskalduna izan nahi nuela. Eta gainera ez zait batere kostatu. Hain da ederra esperientzia... Hain pozik nengoen ez zitzaidala batere kosta. Hizkuntza oso polita iruditzen zitzaidan. Nik euskaldun jendea ez nuen benetan ezagutzen. Niretzat unibertso berri bat ezagutzea izan zen, eta denetarik irakurtzen nuen. Kontua zen ikastea.

Batzuetan kosta egiten zait niri ulertzea, baina oso ederra eta atsegina izan zen euskara ikastea.

Nik beti esan dut abantaila bat daukadala euskara etxetik dakitenekin: eurek nik sentitu nuen plazer hori ez dutela inoiz eduki. Beste unibertso bat aurkitu nuen eta niretzat euskara ikastea plazer hutsezko prozesua izan zen.

Bestetik, euskaldun berria izan arren, euskaldun oso izatea posible dela erakusteko ere balio du. Euskararen kontra esaten zirenak, ikastezina eta oso zaila zela, argudio hutsal eta gezurrezkoak direla ikusi da. Euskaldun izateko aukera hartzen baduzu posible da, horixe dela posible!».

[Hace ya algún tiempo que me euskaldunicé, y puede decirse que a lo largo de mi vida he sido euskaldun durante más años que los que únicamente erdaldun (castellanoparlante). Yo, en un momento determinado, decidí que quería ser euskaldun. Y no me costó. Es una experiencia tan hermosa... De contento que estaba, no me costó. El euskera me parecía una lengua atractiva.

Hasta entonces no conocía realmente a los euskaldunes. Para mí fue abrirme a un universo nuevo, leía de todo, la cuestión era aprender.

A veces hasta a mí me cuesta comprenderlo, pero aprender euskara fue un proceso hermoso y gratificante.

Siempre he dicho que tengo una ventaja sobre los que aprendieron euskara en su casa: que ellos y ellas no han disfrutado de la satisfacción que yo sentí. Encontré un universo que desconocía y el aprendizaje del euskara se convirtió en un auténtico placer.

Que duda cabe que todo ello dejó en evidencia y demostró que también quienes aprendemos euskara de adultos podemos llegar a ser tan euskaldunes como cualquier otro. Aquellos mitos que se arrojaban contra el euskara, asegurando que resulta endemoniado e imposible de aprender no son sino falsedades. Si optas por hacerte euskaldun, ¡¡vaya si es posible!!]

Andolin Eguzkitza

(publicado el 21-03-2005 en Deia y Gara)

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