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Convocada por la colectividad vasca local, la ciudad de Coronel Pringles acompañó al centro vasco Eusko Biltzar en la celebración de su 25º aniversario. Durante la ceremonia, no solo se recordó la historia de la institución y a sus fundadores, sino que también se dio cuenta de la actividad actual de la casa de la mano de su coro y sus dantzaris.

Coronel Pringles, Argentina. Ubicado en la provincia de Buenos Aires, el centro vasco Eusko Biltzar de la localidad de Coronel Pringles cumplió 25 años de vida y lo celebró con una fiesta el pasado 7 de agosto que reunió a una buena cantidad de socios y amigos de la institución. La ceremonia comenzó con unas palabras de la secretaria de la casa, Mary Ibargoyen, sobre la importancia de recordar el pasado y proyectar el futuro, y con un Aurresku a cargo de Matías Casal, dantzari del Beti Dantzari taldea.

Como parte del homenaje al pasado que proponen los aniversarios, los integrantes de la euskal etxea inauguraron dos placas conmemorativas. Por un lado, el propio presidente de la institución, Juan J. Olasagastia, acompañado por Abel de Uriarte, Berta de Zabala y Martha Larralde de Iriarte, descubrió la placa que recuerda a los fundadores Abel G. de Uriarte, Ubaldo H. Zabala y Rodolfo  H. Iriarte. El otro recordatorio fue un homenaje a Pedro Mariezcurrena, a quien perteneciera el local antes de ser adquirido por la euskal etxea, y fueron precisamente sus hijos, Delia, Oscar, Julia y Patricia Mariezcurrena los encargados de dejarlo a la vista. Ambas placas fueron bendecidas por el Cura Párroco Néstor Mendiondo.

El lehendakari Juan J. Olasagastia se dirigió a los presentes realizando una reseña sobre la historia del centro y agradeció a quienes han integrado las sucesivas comisiones y a todos los socios y amigos de la institución. El intendente de Coronel Pringles, Carlos Oreste, también tomó la palabra y destacó la presencia vasca en la zona y sobre todo la importante participación de la euskal etxea en las actividades convocadas por el municipio.

Para dar cierre al acto, el coro Eusko Alaia interpretó algunas piezas de su repertorio y sobre el final todos los presentes se unieron en un brindis.