diáspora y cultura vasca
29/04/2010
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Iñaki Goikoetxeta. LA Estrategia de Acción Exterior del Gobierno vasco aprobada el 15 de marzo de 2005 analizaba, entre otras cuestiones, los escenarios geográficos de interés en orden a la definición y extensión del mapa de las Delegaciones de Euskadi en el exterior. En aquel momento se acordaron, en ejecución de dicha estrategia, los siguientes círculos o líneas de actuación: en primer lugar, la creación de nuevas Delegaciones en Alemania, Francia, Reino Unido, Estados Unidos y Canadá. En segundo lugar, se planteaba, en el medio plazo, la conveniencia de desarrollar y profundizar las actuales relaciones con otros países de Europa, entre los que se citaba especialmente a Finlandia e Italia. En último término, se decidió analizar la futura convergencia de intereses con otras áreas geográficas, tales como India, China, Indonesia, Australia, Sudáfrica y Senegal, como lugares atractivos para proyectos o actuaciones departamentales o sectoriales.
El programa de creación de Delegaciones se apoyaba, en suma, en el análisis de las virtualidades que cada uno de dichos países y espacios económicos acreditaba para el interés del tejido empresarial, económico y social de Euskadi. Así, desde luego, Alemania es nuestro segundo socio económico. Los Estados Unidos son, incontrovertiblemente, un polo de referencia inexcusable de la acción exterior. Decisiones, pues, que tienen un evidente sentido de país.
La Estrategia de Acción Exterior establece que Canadá supone un modelo de referencia en algunas materias de competencia de Euskadi, como la sanidad, la educación, la ciencia y tecnología, la seguridad vial, la administración de justicia, la inserción social o la agroecología, en algunos de cuyos ámbitos existían ya intercambios de profesionales, al tiempo que se subrayaba el interés en las relaciones deportivas, culturales o relativas a políticas de juventud y bilingüismo. Se subraya, a su vez, la conveniencia de intensificar vínculos específicamente con Quebec en atención a razones de carácter económico (puede constituirse en un socio estratégico para Euskadi para emprender conjuntamente relaciones o iniciativas con terceros países, especialmente los mercados latinoamericanos) y político (el proceso quebécois).
Quebec, como es sabido, es una provincia francófona de Canadá cuyos territorios costeros, singularmente, han conocido desde siglos atrás presencia vasca. Allí, por ejemplo, en la localidad de Trois Pistoles, se asienta el Parque de la Aventura Vasca. Y a pocos kilómetros se encuentran aún los restos de la primera gran implantación internacional de los vascos, la pesca y la industria de la ballena.
Estos son los datos claros y evidentes que ofrece el documento guía de la acción exterior del anterior Gobierno vasco. Sin embargo, el cambio de Ejecutivo ha recreado un relato en el que términos como el adoctrinamiento político o la evangelización han sido profusamente empleados para tachar la política exterior del Gobierno Ibarretxe como ajena al desarrollo de la economía y al servicio de la obsesión identitaria. Un relato que no se compadece con la realidad, con el desenvolvimiento de una acción exterior que, gradualmente, ha ido adquiriendo madurez, presencia y perspectiva, pese a, no se olvide, las dificultades y los obstáculos puestos por el Gobierno español.
Claro es que el Gobierno López ha dado unos pasos que desmienten la dirección de su política exterior. Ha cerrado la Delegación en Francia (nuestro primer socio económico) y ha paralizado la apertura de delegaciones en Alemania y Reino Unido. No puede argüirse que tales decisiones obedezcan a la necesaria austeridad en el gasto público, pues se trata, la apertura de dichas Delegaciones, de gasto de inversión dirigido a afirmar y extender la presencia institucional de Euskadi en el exterior, a activar la internacionalización de nuestras empresas y agentes de todo orden y, en último termino, dirigido al objetivo de incrementar la demanda externa de los productos de nuestras empresas, precisa para la recuperación y el futuro de nuestra economía y de nuestra calidad de vida. Inversión aún más exigible, precisamente, en esta etapa de crisis.
Además de dichas irrazonables medidas, el actual Gobierno vasco ha reordenado, sin criterio alguno, las Delegaciones en el continente americano, uniendo sin más a Canadá, Estados Unidos y México en la misma Delegación. Una decisión inaudita e inexplicable.
Claro está que los actuales responsables de Lakua no parecen conocer la magnitud geográfica de proyección de dicha Delegación, como tampoco, las enormes diferencias económicas y, en particular, culturales entre Toronto, Denver y Monterrey. Bien puede estimarse que esa medida deberá revertirse en los próximos tiempos. Las decisiones políticas como ésta, quiérase o no, no pueden resistirse al sentido común o a la implacabilidad de la más elemental lógica, por más que pretendan revestirse de apelaciones al ahorro o justificarse en razones espurias como las que se han edificado desde el actual Gobierno vasco.
En efecto, el secretario general de Acción Exterior Guillermo Echenique, en una reciente entrevista, a pregunta sobre tal previsión de apertura de una Delegación en Canadá, reitera que el anterior Gobierno vasco tenía prevista de forma bastante inmediata la apertura de delegación en Quebec, lo que le parece "una muestra más de hacia donde se quería dirigir la acción exterior". Continua indicando que "no se quería abordar la relación con Canadá desde un punto de vista empresarial o cualquier otro". Estas manifestaciones del secretario general de Acción Exterior desconocen los criterios económicos que justificaban la apertura de una Delegación en Canadá (no necesariamente en Quebec con quien sí se habla de intensificar vínculos y en ningún caso de abrir allí la Delegación) plasmados en la Estrategia de Acción Exterior. No obedecen a la realidad de los hechos, continuando así con el relato que falsea las bases de la acción exterior del anterior Gobierno.
Echenique conoce, en efecto, que Quebec está en Canadá y así lo afirma. Pero en su respuesta concluye que "probablemente hay otros lugares con mejor relación institucional o económica (que Quebec) como Toronto o Montreal".
De nuevo, aquí, el secretario general carece de información precisa y contrastada. Sin embargo, la geografía, a diferencia de los relatos, no permite errores, no es susceptible de apreciaciones puesto que se apoya en la pura realidad. Porque, Sr. Echenique, Montreal se localiza en Quebec, es su capital económica, su mayor ciudad. Allí pronunció De Gaulle su conocida proclama. Aún así, siempre podemos pensar, en su descargo, que la nueva Delegación para Estados Unidos, Canadá y México, al carecer de responsable -su nombramiento se demora por meses- , no le ha podido informar de ello.
(publicado el 21-04-2010 en Deia)
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