diáspora y cultura vasca
09/10/2012
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Ainara Puerta Larrañaga/ Arrosa, Baja Navarra. Las bucólicas casas blancas y rojas del pequeño municipio Saint-Martin-D´Arrosa en Baja Navarra, fueron el pasado fin de semana testigo del encuentro anual de vascos que emigraron a Estados Unidos, familiares y amigos. Desde hace varios años el primer fin de semana de octubre es la fecha marcada en rojo en el calendario de decenas de personas y familias “Amerikanuak”, que han vivido o continúan viviendo en el Oeste.
En torno a las once y media de la mañana del domingo, 7 de octubre, los primeros participantes comenzaron a acercarse al imponente Hotel Eskualduna Chez Katina, donde poco después se sirvió un aperitivo al aire libre en el que la gente aprovechó para saludarse y charlar animadamente.
Fue entonces cuando tuvimos la suerte de conocer en persona a parte de la primera junta directiva del Basque Club of California de San Francisco, que escribieron las primeras líneas de la historia de esta pionera euskal etxea norteamericana: Michel Duhalde (residió entre 1958 y 1972 en San Francisco) y Gratien Oçafrain (residió desde 1953 a 1975 en Estados Unidos). Duhalde fue el primer Tesorero, y Gratien uno de los miembros de la directiva.
Los doce hermanos Oçafrain
Descubrimos la curiosa historia de los doce hermanos Oçafrain, naturales de Banka en la Baja Navarra. Uno de ellos, Dominique, nos relata cómo siendo cuatro chicas y ocho chicos, de estos últimos siete emigraron a Estados Unidos. La mayoría regresaron, aunque todavía siguen teniendo un hermano al otro lado del Atlántico, Jean Leon.
Un simpático Jean Louis Oçafrain nos contó cómo hace 34 años decidió volver a su Banka natal, después de pasar cinco años de pastor al cuidado de un rebaño de 1.500 a 2.000 ovejas y otros 18 años haciendo jardines en California con su hermano, Jean Leon. “Nuestras raíces se encuentran aquí” afirma Duhalde para explicar el motivo por el cual también decidió retornar en su día tras catorce años viviendo en San Francisco.
[Michel Duhalde, Jean Leon Etcharren y Jean Luis Oçafrain (foto APuerta)]
Entre los invitados se encontraban Jean Leon Etcharren, hermano del incombustible Pierre Etcharren, ex-presidente del North American Basque Organizations, la federación de asociaciones vascas de Norte América; Albert Dutaret, líder de la formación de Klika Zazpiak Bat del Basque Club de San Francisco entre 1969 y 1976; Aita Jean Pierre Cachenaut, capellán de la comunidad vasca en Estados Unidos entre 1977 y 1986; Sebastien Gomis, nacido en Uharte-Garazi, quién con apenas un año los padres decidieron trasladarse a San Francisco, regresando al cabo de 12 años; y Benoit Etcheverry, alma mater de la asociación 8 Probintziak.
119 comensales
Con una exquisita puntualidad, a la una y media todos los comensales estaban sentados esperando pacientemente la comida, momento que una activa Michelle Marticorena aprovechó para pronunciar unas palabras de bienvenida y animar a los 119 comensales a cantar el “Agur Jaunak” en pie. Después de la emotiva canción, se empezó a servir el menú compuesto a base de sopa de verduras, un plato de pescado, y otro de carne, que terminaron con un rico postre de frutas del tiempo con nata y tarta de chocolate. Cómo no podía ser de otro modo, entre tanto pastor tampoco faltó el trozo de queso con mermelada de cerezas antes del postre. Todo ello regado con el vino de la casa.
A este encuentro anual asistieron tanto personas de distintos puntos de Iparralde, en especial de Baja Navarra, como aquellas que hoy en día viven en los Estados Unidos, tal es el caso de Christine Elicagaray, residente en San Francisco (California) como de Dominic Etcheverry y su mujer Marie-Claire (Naciette) Etcheverry con los que compartimos mesa.
Dominic, con 82 años, posiblemente una de las personas de mayor edad del evento, nos relató cómo cruzó al otro lado del Atlántico con apenas 22 años. En la actualidad la mayor parte del año reside en Sparks (Nevada) donde tiene un hijo, Edward, aunque todos los años intenta pasar una temporada en la localidad de Baigorri en la que se encuentra su otra hija, Linda Etcheverry-Lacourrege, también presente en la comida. Frente a él, su amigo Gratien Birigain, al que conoció unas cuantas décadas atrás en la ciudad californiana de San Francisco, y que nos sorprendió con sus dotes de bailarín.
Canto y bailes
La comida fue amenizada con música en directo, el dúo tocó un repertorio muy variado en el que no faltaron desde las conocidas “Ameriketara joan nintzen”, “Urepeleko artzaina” o “Hegoak ebaki banizkio” hasta algún que otro cha-cha-chá o fandango en el que varias personas se animaron a bailar. “Boga, boga” fue una de las canciones estrella del evento en la que muchos comensales siguieron el ritmo cada vez más veloz dibujando círculos en el aire con las servilletas.
[El ambiente fue muy bueno y los amerikanuak no tardaron en animarse a cantar y bailar (foto APuerta)]
Nada más escuchar las primeras notas musicales de “Erdizka lauetan” un grupo de gente se animó a bailar, y algunas de las camareras ataviadas con delantales de colores no quisieron dejar escapar la ocasión para divertirse. Durante el baile tampoco faltaron los irrintzis. Hubo quien prefirió jugar una partida de mus o charlar tranquilamente disfrutando de una cálida tarde de otoño.
Para finalizar esta jornada festiva en la que reinó el buen ambiente y la emoción de ver a amigos y conocidos, después de unas palabras de agradecimiento, Henriette Erdozaincy Ahado, una de las organizadoras del evento, recordó que el siguiente año la cita tendrá lugar el día 6 de octubre. Con una sonrisa, no quiso desvelar al público cuál será la localidad de Baja Navarra elegida para el encuentro del próximo 2013.
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