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Marian González/Oñati. Satisfacción, emoción y orgullo. Eran las palabras más repetidas por las autoridades y gentes de a pie. Tras varios años de búsqueda, los franciscanos han conseguido recuperar la naturaleza del Santuario, «su identidad perdida», y el nuevo Arantzazu de vanguardia encara pletórico, más abierto a la sociedad que nunca, el siglo XXI.

Renovación, arte, naturaleza y vanguardia son la esencia de Arantzazu, y con el objeto de perpetuar ese espíritu los franciscanos, con la ayuda del Gobierno Vasco, la Diputación y el Ayuntamiento de Oñati, han llevado a cabo durante los últimos tres años un ambicioso proyecto revitalizador que ha costado 7,8 millones de euros y cuyo principal baluarte, el centro cultural Gandiaga Topagunea, fue inaugurado ayer con motivo de la festividad de la Virgen de Arantzazu. Un aurresku de honor dio paso a la bendición del edificio, al corte de la cinta y la protocolaria visita a las instalaciones, con la música de fondo de la Banda Municipal de Oñati.

La demolición parcial del antiguo seminario ha abierto la explanada de la Basílica a la naturaleza, la cultura y el arte cubriendo la necesidad de dar respuesta a dos problemas importantes: la situación de abandono del seminario, con 20.000 m2 en desuso, y el interés de crear zonas de esparcimiento y encuentro.

Uno de los elementos que más llama la atención de las actuaciones ejecutadas es el porche semicircular cubierto, de unos tres metros de altura, construido a la entrada de la zona de la Basílica. Su objetivo es separar los espacios del lugar sagrado del Santuario y el aparcamiento de coches y hacer de puerta a la sorpresa del apostolado de Oteiza. La construcción alberga la nueva oficina de turismo, la tienda de recuerdos y los servicios públicos. Es además la puerta de acceso a las tres catedrales de debajo de la plaza, y su parte superior funciona como mirador, zona de descanso y de camino hacia el centro cultural.

El porche conecta con la nueva plaza peatonal, diseñada con el fin de dar un mayor relieve al Santuario y más comodidad al visitante. Junto a ella puede disfrutarse de nuevas zonas verdes y de descanso acondicionadas junto a la Casa de Ejercicios.

Además, una rampa lleva al peregrino desde la Basílica hasta el nuevo Centro Cultural de Encuentro erigido sobre el antiguo seminario. Los diversos caminos que unen el Santuario con este centro permiten disfrutar de la privilegiada naturaleza de Arantzazu y dedicar momentos a la meditación en un txoko presidido por el Misterio de Oteiza. Este espacio invita al recogimiento y se enmarca en unas paredes en las que se insinúan los rostros de personajes como el propio Oteiza, Gandhi, Juan XXIII o el Dalai Lama.

Salón de congresos

Pero la actuación más espectacular es el centro cultural. El edificio, de tamaño mucho más reducido que el anterior, se ha diseñado como una secuencia de volúmenes cúbicos que se elevan unos sobre otros. Dispone de grandes huecos de luz y de pequeñas terrazas, algunas ya visibles, desde donde contemplar el paisaje y el Santuario.

En su interior hay dos pequeños frontones, un área de acogida de 1.300 m2, un salón de congresos con capacidad para 300 asistentes, otros dos para 100, pequeñas salas de reunión, y diversos espacios para exposiciones fijas y móviles. Algunos son ya una realidad y otros espacios están aún por definir. Entre los proyectos a corto plazo está el acondicionamiento de algunas oficinas para las sedes de las fundaciones Artzain Mundu, Naturgintza y Tau Fundazioa, entre otras.

El coste final de la obra ha ascendido a 7,8 millones de euros, 3,1 aportados por la Diputación, 2,3 por el Gobierno Vasco y otros 2,3 por la provincia franciscana de Arantzazu.

Arte y reflexión

El acto inaugural estuvo salpicado de palabras que elogiaban la renovación. El arquitecto Miguel Alonso se confesaba satisfecho del resultado: «La realidad supera a aquel sueño inicial. El Santuario ha recuperado su sentido original». El diputado general, Joxe Joan González de Txabarri, destacó que «al igual que hace 50 años la revolucionaria nueva Basílica trajo una nueva dinámica tanto espiritual como cultural, este proyecto abre nuevos puentes entre la naturaleza, el arte y la reflexión». La consejera de Cultura, Miren Azkarate, se felicitó por el nombre del centro, «ya que resume todo lo que amó en vida Gandiaga» y el provincial de los franciscanos, Jose Mari Arregi, recordó que no se trataba «sólo de rehabilitar el seminario, sino de renovar Arantzazu en su totalidad».

MÁS GENTE QUE NUNCA. Miles de fieles celebraron en el santuario la festividad de la patrona de Gipuzkoa

M.G./Oñati. Arantzazu vivió ayer intensamente la festividad de la patrona de Gipuzkoa. Y es que el rojo del calendario hizo que muchos fieles disfrutaran de una animada jornada festiva con la complicidad de un sol de justicia. Primero en los alrededores de Arantzazu, acompañados por el suave balar de las ovejas y el aroma de las rosquillas y los quesos de la zona, y luego en Oñati, que durante todo el fin de semana celebra las fiestas en honor a la Virgen en Atzeko kale.

La carretera de ascenso reflejaba ya a las once de la mañana el gentío que se agolpaba en las inmediaciones del Santuario. Largas hileras de coches no tenían más remedio que iniciar el descenso en busca de algún lugar en el que estacionar su vehículo. Y eso que el Ayuntamiento montó dos autobuses gratuitos que funcionaron fenomenalmente durante toda la mañana. No obstante, el llenazo era previsible. Hacía años que el día de la patrona no era festivo y eso hizo que muchos fieles no solo de Oñati y de la comarca, sino de toda Gipuzkoa, quisieran hacerle una visita a la Andra Mari y disfrutar de una jornada histórica, en la que la apertura del nuevo centro cultural se sumaba al 50 aniversario de la inauguración de las obras de la Basílica.

Los más madrugadores fueron los peregrinos oñatiarras, que partieron a las siete de la mañana de la parroquia en una cita con más de cinco siglos de tradición que más de medio millar de personas revivió realizando a pie los nueve kilómetros de recorrido que separan el casco histórico de la Basílica.

Para cuando ellos llegaron a las inmediaciones del Santuario, muchos de los que luego abarrotarían la plaza no habían salido de casa. Y es que la peregrinación más multitudinaria, la del ingente número de fieles que ayer visitaron Arantzazu, que ayer se quedó pequeña, no había hecho más que comenzar.

El obispo de la diócesis, Juan María Uriarte, presidió la misa mayor junto a medio centenar de sacerdotes. La homilía fue seguida por el lehendakari Ibarretxe, la consejera de Cultura, Miren Azkarate, y el diputado general de Gipuzkoa, Joxe Joan González de Txabarri, quien estuvo acompañado de miembros de su gabinete, así como de la presidenta de las Juntas Generales de Gipuzkoa, Leyre Ereño, y del alcalde de Oñati, Andoni Gartzia.

(publicado el 10-09-2005 en El Diario Vasco)

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Arantzazu recupera «su identidad perdida»; El Santuario cambia de cara, renovando su arquitectura con un nuevo centro cultural y espacios de recreo (en El Diario Vasco)

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