Ander Egiluz Beramendi, EE.UU. Hace varios días que volvió de Bethesda (Maryland, EE.UU.), donde presentó el recital Canzoni D’amore, en un concierto-audición privado al que acudieron 120 personas.
- ¿Cómo te fue en Bethesda?
La verdad es que muy bien. Conseguí que me oyesen y me conociesen, y eso era lo que quería. Había unas 120 personas, entre ellas Jerome Barry, el encargado del programa Embassy Series, de Washington. Al finalizar el recital se acercó a mí y me dijo que le gustó mucho mi voz y que estaba interesado en organizarme una gira por las embajadas, para el año que viene.
- ¡Felicidades! ¿Qué piezas interpretaste?
Muchas gracias. Presenté el recital Canzoni D’amore, de una hora y algo, que incluye óperas y zarzuelas. Y también interpreté el Ume eder bat, de Iparraguirre. Siempre incluyo alguna pieza vasca, para que la gente conozca los sonidos de nuestra tierra.
- Sueles ser tú misma quien busca y organiza los conciertos, ¿éste también fue el caso?
Así es, le mandé la propuesta a Dominique Cardela, que organiza conciertos para nuevos artistas en Washington, le gustó y me invitó. La idea era que se acercara gente que pudiese abrirme puertas, y parece que funcionó. Mi intención es llegar al Kennedy Center y poder hacer algo allí.
- Entre finales de febrero y comienzos de marzo has estado de gira por Puerto Rico. ¿Cómo ha sido la experiencia?
He estado muy bien, además me ha acompañado un guitarrista local formidable, Iván Rijos. Ofrecí tres conciertos, dos en San Germán y uno en San Juan. El público era nuevo, no me conocía, y eso me ayudó mucho.
- ¿En qué sentido?
Lo más importante es que te conozcan y, con los grandes talentos que hay allí, que muestren interés en conocerte es un impulso. Además el repertorio les gustó mucho, algo de zarzuela, música italiana y, de música vasca, canté también el Haurtxo polita. La gente se quedó muy contenta.
- ¿Qué tienes in mente, a corto y medio plazo?
Tengo muchas cosas en la agenda y aún más in mente (ríe). Uno de los proyectos que más ilusión me haría es llevar mi repertorio ‘Basque Journey’ de gira por las euskal etxeas de Centro y Sur América. Es una fusión de música clásica y popular vasca, con piezas de Sorozabal, Aita Donostia, Olaizola y Guridi, entre otros, intercaladas con el Guk euskaraz de Urko, el Kontrapas de Xabier Lete, Ilargia de Ken Zazpi, Lau teilatu de Itoiz, Txoria txori de Mikel Laboa, la popular Ameriketara joan nintzen…
- ¿Con qué tipo de acompañamiento?
Me gustaría incluir un instrumento clásico, como el piano, y uno más popular, como podría ser el acordeón. La idea es que el público sepa lo que representaba la música antes, la añoranza que provocaba en aquellos que tuvieron que emigrar a otro país en busca de una nueva vida, y cómo ha evolucionado hoy en día, hablando más del amor, quizás de forma más poética, pero siempre con un guiño a nuestra tierra. No es simple música cantada, tiene una historia.
- En el Jaialdi de 2010, actuaste junto con el acordeonista Joxan Goikoetxea y también incluiste piano. ¿Será algo parecido?
El sonido sí, pero la idea es distinta. Actuar en el Jaialdi con Joxan fue precioso, me encantaría volver este año, pero no sé si podrá ser. Lo que sí me han confirmado es que actuaré en China, estoy muy contenta.
- A lo largo de tu carrera te has rodeado de músicos y cantantes de distintos orígenes. ¿Es algo que buscas para enriquecer tu musicalidad?
Es que resulta muy enriquecedor, me gusta mucho cambiar de músicas y de aires. Siempre hay ritmos diferentes que me sorprenden, por eso intento trabajar con gente distinta. Personalmente, no me resulta difícil coger el son de las canciones, porque la música la llevo dentro, pero siempre es un reto y un placer.
- Hablando de retos, en el recital que ofreciste en la Hispanic Society de Nueva York, a principios de febrero, te animaste incluso a bailar.
Fue un concierto escenificado, para el público general, gente a la que le gusta lo clásico pero que no es experta. Por eso queríamos hacer algo nuevo y no un recital muy serio. Actué junto con el tenor mexicano César Delgado y el Dúo de Orquesta Cubano de Ileana Cortizo y Ana Ruth Bermúdez. El baile que presentamos se llama Danzón, es un baile cubano, muy elegante.
- Como cantante y en ese sentifo representante cultural vasca allá ¿cómo ves la diáspora vasca y en particular la de EE.UU.?
La euskal etxea que más conozco es la de Nueva York, que es donde vivo, y veo que cada vez se hacen más cosas. Hacen un gran esfuerzo, porque los temas presupuestarios siempre son un impedimento. Otra casa vasca que me gusta mucho es la de San Francisco, es preciosa. En general, diría que la nuestra diáspora está muy viva.
Puedes saber más sobre Amaya Arberas visitando su página web.
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