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I. Lezertua/Eibar. Xabin Azkue nació en Oiartzun hace 72 años pero todavía sigue repartiendo palizas en el frontón del Santuario de Arrate [Eibar, Gipuzkoa]. Es allí donde nos recibe, en el pórtico, y sin perder la sonrisa nos decía «yo lo quería llevar en secreto pero...». No obstante, 50 años como sacerdote sólo se cumplen una vez.

50 años como sacerdote, ¿cómo empezó?

Con nueve años ingresé en el convento de los benedictinos en Lazkao. Luego en Belloc, en Iparralde, hice mis estudios de Teología y me ordené sacerdote en Marcilla con 22 años, hace 50 años.

¿Cuántas vueltas ha dado Xabin Azkue hasta acabar en el Santuario de Arrate?

¿Vueltas? ¡Unas cuantas! ja ja ja (ríe). Después de ordenarme sacerdote en 1960, con 28 años, me fui a Venezuela de misionero. Pasé 25 años allí. Cuando ya me cansé, volví al obispado de San Sebastián. Digamos que me dejé en las manos de Setién ¡ja ja ja! (ríe). Entonces estuve en Angiozar unos 8 ó 9 años. También he estado en las iglesias de San Prudencio, San Pedro y Altos Hornos de Bergara como cura ayudante. De allí, a Elgoibar y, tras 3 años, a Soraluze. De Soraluze ya vine a San Andrés como ayudante y ya por último en Arrate. ¡Ves cómo he dado unas cuantas vueltas!

Y de todas estas vueltas, ¿qué es lo mejor que ha sacado?

Lo mejor ha sido el continuo trato con la gente. He estado en Venezuela, Colombia, Argentina, Perú..., la continua relación con la gente me ha aportado mucho. Es muy enriquecedor para la persona. Ahora también me gusta mucho hablar con la gente. Lo mejor es, sin duda, la relación con las demás personas.

Se ha pasado un tercio de su vida en Venezuela como misionero, ¿cómo fue esa experiencia?

Lo mejor de estar en Venezuela fue que con la continua relación con la gente, adoptas una visión más plural de la vida. Yo entré con apenas nueve años en los benedictinos y hasta los veintiocho años con los que me fui a Venezuela sólo conocía lo que me decían los frailes. Al llegar allí, la gente es mucho más abierta que aquí y esta relación te muestra otros puntos de vista sobre la vida. Sin duda los 25 años que he pasado en Venezuela me han dado una visión más amplia de la vida.

¿Cómo fue la celebración del cincuenta aniversario de su ordenación sacerdotal?

Yo lo quería mantener lo más en silencio posible pero... Pues fue una ceremonia muy bonita. Nos reunimos casi todo los curas del obispado de San Sebastián un martes, quince días después del Domingo de Pascua. Eramos unos 30 curas que cumplíamos 50 años de sacerdocio y lo celebramos todos juntos. Primero celebramos una pequeña ceremonia religiosa en la que mi hermano José Manuel, que es organista bastanto famoso, que ha solido tocar en la quincena musical vino a tocar. Me decían los amigos ¿Oye, quién ha tocado el órgano? Y yo le contestaba lleno de orgullo, ¡ha tocado mi hermano! Luego tuvimos una comida y hubo bertsolaris... la verdad que fue una ceremonia muy emotiva.

Por último, ¿qué tal vive en Arrate?

La verdad es que es una maravilla. Sobre todo es tranquilo. La tranquilidad que hay aquí no se puede pagar con dinero. Además, suele venir gente todos los días a pasear y rezar un poco en el Santuario y me encanta hablar con ellos. A veces juego a pala en el frontón, hago mis paseos cuando cierro la Iglesia y toco un poco el órgano. Algunos me dicen a ver si no me aburro pero para no aburrirse hay que trabajar duro.

(publicado el 15-08-2004 en El Diario Vasco de Donostia-San Sebastián)

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«Pasar 25 años de misionero en Venezuela me ha dado una visión más amplia de la vida». Xabin Azkue es un oiartzuarra que hoy hace 50 años se ordenó sacerdote. Actual cura de Arrate, ha estado en Colombia, Argentina, Perú... (en El Diario Vasco)

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