Viedma, Argentina. La cocina tradicional vasca ha sido valorada desde siempre allí donde la diáspora se ha asentado. En los últimos años, la afición por los pintxos ha ido creciendo sin pausa y se han convertido asimismo en un protagonista más de las celebraciones en las euskal etxeas. En Aberri Etxea de Viedma y Patagones, decidieron convocar el pasado sábado 9 de diciembre la primera edición del concurso “Pintxo Txapelketa”. El certamen, contó con un distinguido jurado y se realizó en el marco de un nutrido programa de actividades abiertas a la Comarca, y con él despidió el año la Euskal Etxea.
El jurado especializado que tuvo a su cargo la definición del primer “Pintxo Txapelketa” estuvo conformado por el periodista gastronómico Juan Manuel Larrieu (contodogusto.com.ar), la empresaria gastronómica Eugenia Goicoechea Mendoza (Mamma Francesca) y el gastronómico Marco Foschi. Andrea Haure, dantzari de Lagun Onak, fue elegida txapelduna, por su pintxo “Veggie”. El segundo puesto le correspondió a “Emakume” de María del Carmen Elzaurdia y el tercer puesto fue para Fabricio Passarrelli con “Arkumea garagardoan”. Además, hubo una cuarta galardonada. Sandra Sistiaga obtuvo una mención especial por su pintxo “Lortuta”.
Homenaje a Olentzero y Mari Domingi
Dantzaris de todas las edades y la visita de Olentzero y Mari Domingi en el evento de fin de año de Aberri Etxea de Viedma y Patagones
El evento, con el que Aberri Etxea clausuró un año de intensa actividad, comenzó con los juegos para la recreación de las y los txikis del Taller de Infancias, coordinado por Virginia Argañaraz y Rocío Basterra. Inspirados en los deportes rurales vascos, fisfrutaron frente a la sede de la Euskal Etxea de la soka tira, de la carrera de mazorcas y también de una rayuela gigante. Fueron los primeros en imprimir el toque navideño, cantando “Hator Hator”. Anunciaron luego la entrada del tradicional Gabon-enborra, el tronco navideño. Pero con la llegada de los esperados Olentzero y Mari Domingi, encarnados por Lucia Beroqui y Pablo Calabrese, se produjo uno de los grandes momentos de la tarde. No trajeron carbón para nadie, sino que repartieron sabrosas cerezas y, de regalo, cuentos para todos, elaborados por los y las estudiantes del grupo de euskera.
Esta vez fueron ellos objeto de homenaje. De la mano del grupo de bailes Lagun Onak, dirigido por Josetxu Astolfi, todos los presentes bailaron Olentzero Opari, una soka dantza multitudinaria. “Estuvimos practicando todos juntos hasta que se hizo la versión final. El público se entusiasmó y respondió rebien a la propuesta”, explica a EuskalKultura.eus Analia Zuntini, del área de comunicación de Aberri Etxea y también integrante de “Lagun Onak”. Compartieron la cena, cocinada por el grupo de Sukaldaritza. Y de sobremesa, muchos más bailes tradicionales.