diáspora y cultura vasca
27/05/2013
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Guillermo Pascual/Buenos Aires, Argentina. Las primeras líneas de este artículo surgieron durante mi reciente visita al Museo del Club Atlético San Lorenzo de Almagro, cuando uno de sus encargados explicó que los terrenos donde se levantó el emblemático estadio conocido como el "Viejo Gasómetro" fueron adquiridos durante la presidencia de Eduardo Larrandart y que su construcción se llevó a cabo durante la gestión de Pedro Bidegain. En ese momento le pregunté: ‘¿Perdón, pero había que ser vasco para ser presidente de San Lorenzo?’. Esto no es más que una anécdota pero a la vez una muestra de lo que fue, durante 105 de historia, la participación de los vascos y sus descendientes en la historia del club.
Y la historia del Estadio de San Lorenzo no termina ahí. Como es sabido, por problemas económicos el Club porteño perdió sus instalaciones de la Avenida La Plata en el año 1979. Tras un período de 14 años sin sede, en 1993 inauguró su nueva cancha, el ‘Nuevo Gasómetro’, al que bautizó con el nombre oficial ‘Pedro Bidegain’. Evidentemente, la relación entre el club oriundo de los barrios de Almagro y Boedo está a la vista. Y Guillermo Pascual la resume en las siguientes líneas:
“De la mano de los presidentes Eduardo Larrandart y Pedro Bidegain, San Lorenzo de Almagro atravesó la barrera del amateurismo y se transformó en un equipo profesional en el fútbol criollo de la década del 30. Este empuje lo llevó también más allá de las fronteras geográficas de sus barrios de origen, Almagro y Boedo, para convertirlo en un club popular, siendo hoy uno de los cinco grandes del fútbol argentino. Larrandart lo presidió en dos ocasiones, durante las décadas del 20 y del 30, durante un total de 9 años; Pedro Bidegain, en cambio, estuvo en ese cargo dos años, mandato en el cual el club triplicó la cantidad de socios. Tan importante fue su actividad gerencial que el estadio inaugurado en el año 93, el ‘Nuevo Gasómetro’ ubicado en el Bajo Flores lleva su nombre.
Vascos, en la dirigencia y en la ‘cancha’
Pero no fueron Larrandart y Bidegain los primeros dirigentes vascos del club; de hecho entre los años 1914 y 1915, a poco de la fundación de la institución sucedida en 1908, el presidente elegido fue José Gorena. La impronta vasca, sin embargo, no se limita a la dirigencia. En un club deportivo, los logros en las distintas disciplinas hacen a su relevancia y difusión y los apellidos vascos aparecen en varias de ellas. Así, en Natación tenemos a Jorge Belaunzarán; en Tenis a Adolfo Ibarrondo; en Atletismo a Francisco Cruchaga; en Ajedrez a Mario Echarte; y en Pelota a Paleta, como no iban a brillar en este deporte los vascos, a Raúl Goyene y Jorge Goyeche.
Aunque, indudablemente, es en el fútbol donde la huella vasca ha colmado de gloria al club. Basta con decir que hay dos jugadores de origen vasco entre los diez máximos goleadores del club: Isidro Lángara con 110 conquistas, sexto en el ranking; y Alfredo Carricaberry, séptimo, con 103; y si nos fijamos en los rankings, otros tres vascos se cuentan entre los jugadores que más partidos jugaron con la azulgrana: Ángel Zubieta, 352 partidos; el mencionado Carricaberry, con 280 y Arturo Arrieta, con 273. Además, el arquero que más partidos custodió al arco sanlorencista también es de origen vasco también: Agustín Irusta.
Además de los nombrados hasta acá muchos otros jugadores de origen vasco marcaron para San Lorenzo: los hermanos Enrique y Pedro Chazarreta, Pedro De Sarrasqueta, Gabriel Uñate, Pedro Etchegaray, Tomás Etchepare, Tomás Beristain, Juan Irigoyen, el uruguayo Rubens Navarro, Leandro Navarro, José y Germán Herrera, Fabián Bordagaray, Pablo Zabaleta, Jorge Higuaín, Osvaldo Biaín, Gastón Aguirre, Luis Amuchástegui, Ismael Arrese, Gustavo Echaniz, Carlos Lazbal, Jorge Elordi, el chileno Patricio Ormazábal, Luis Zubizarreta, Héctor Almandoz, Juan Baigorria, Federico Basavilbazo, Pedro Larraquy y otro charrúa, Emiliano Telechea, Más de 500 goles en la historia de los ‘Gauchos de Boedo’. Y entre guardametas, cómo no hablar también de César Labarre, Atilio Herrera e Hilario Navarro.
Isidro Lángara y Ángel Zubieta
Estos listados son elocuentes pero no lo dicen todo. También hay historias emotivas entre tantos nombres y números; por ejemplo la de Isidro Lángara y Ángel Zubieta, cuyas vidas tienen puntos en común. Ambos nacieron en el País Vasco, Lángara en Pasaia, Gipuzkoa, en 1912, y Zubieta en Galdakao, en 1918. De muy jóvenes llegaron a la Primera División del fútbol español, y jóvenes también a la selección española, donde Lángara convertiría 17 goles en pocos partidos con y Zubieta se convertiría en el jugador más joven en vestir la camiseta española: 17 años y 9 meses, récord aún en vigencia. Pero la Guerra Civil española significó un punto de inflexión en sus vidas y sus carreras deportivas.
Mientras combatía junto a las tropas republicanas, Lángara fue convocado por el Gobierno Vasco para integrar la Selección Vasca y hacer una gira por Europa y América. En esa selección se reunieron los destinos de Zubieta y Lángara. Cuando la Selección de Euskadi se encontraba en México, la ciudad de Bilbao cayó bajo el dominio de las tropas de Franco, lo que llevó a la interrupción de la gira. Mientras Lángara se quedó en México jugando para la selección Euskadi, a la que se le permitió competir en el torneo mexicano, Zubieta llegó a Buenos Aires para incorporarse al Club Atlético San Lorenzo de Almagro, donde desarrolló la mayor parte de su carrera futbolística.
Un par de años después, Zubieta recomendó a la dirigencia de su club la contratación de su antiguo compañero, Isidro Lángara, quien entró por la puerta grande a la historia sanlorencista: llegó a Buenos Aires en barco el mismo día en la que la Primera División de San Lorenzo se enfrentaba a River Plate; el dirigente que lo esperaba lo llevó directamente al vestuario, lugar al que llegó cuando terminaba el primer tiempo; se cambió la ropa de viaje por los botines e ingresó en el segundo tiempo, sin haber visto nunca a sus compañeros (con la excepción de Zubieta). Hizo cuatro goles y su equipo goleó a un clásico rival.
Ésta no es más que una anécdota más, pero como dice el refrán, ‘un botón basta de muestra’. Los vascos han hecho historia en ‘El Ciclón’ y creo que esta pequeña síntesis puede ser el comienzo del homenaje que verdaderamente merecen”.
Estas hstorias me enorgullecen ,como argentina y como descendiente de vascos.
cristina hauscarriague barrandeguy, 30/05/2013 00:19
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