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Buenos Aires, Argentina. Según anticipara EuskalKultura.com, el film “Asier ETA biok” fue estrenado en Argentina en el marco del Festival BAFICI. Sus directores, los hermanos donostiarras Aitor y Amaia Merino, viajaron especialmente a la capital porteña para la presentación, lo que les permitió ser testigos de la recepción de la película por parte de los espectadores locales.

Las proyecciones se realizaron a sala llena y con público muy heterogéneo en el que abundaron cineastas y militantes de asociaciones por los derechos humanos como así también miembros de la diáspora vasca del país. Según comenta el propio Aitor Merino a EuskalKultura.com, “la película fue muy bien recibida por el público. Ha habido diferencias entre las proyecciones, en las dos primeras el público era mayoritariamente argentino y si bien no lo puedo saber con seguridad, creería –por el tipo de preguntas que hicieron- que es gente que no conocía el conflicto. Mi sensación es que les sorprendió bastante el hecho de que en un país europeo y supuestamente un modelo para Latinoamérica como es el Estado Español ocurran cosas como las que han pasado y siguen ocurriendo. Sobre todo al principio, cuando anunciamos que Asier estaba preso por las razones por las que está preso, hubo una sorpresa general, como de incredulidad”.

Luego el BAFICI, la diáspora

Tras la función del 12 de abril y concluido allí el recorrido del film por el BAFICI, Amaia y Aitor Merino visitaron la sede de Euskaltzaleak donde, además de compartir la cena, participaron de un extenso debate en que se retomaron los planteos que propone el documental y otros relacionados con el tema. De esta manera, se abordaron cuestiones "como la controvertida figura del Juez Baltasar Garzón, la necesidad de proponer un diálogo desde posiciones no extremas, el recorte de información que hacen los medios de comunicación tanto argentinos como españoles, la falta de información que existe sobre lo que pasa en el País Vasco y la responsabilidad de cada uno en lo que pueda aportar para que lo que está sucediendo se conozca".

“Cada uno debe asumir la parte de lo que puede hacer, en nuestro caso, a nosotros nos pareció que podíamos aportar algo dirigiéndonos a la gente común que nos rodea; a nuestros amigos de Madrid, por ejemplo, para que puedan plantearse si lo que les han contado los medios españoles no puede ser una visión sesgada de la realidad… no pretendemos más que eso, que se pregunten si quizás no hay una parte de la realidad que ellos no conocen. Y por eso hemos sido muy cuidadosos. Hemos hecho una película para intentar generar preguntas en la gente que no sabe nada y cree que es neutral cuando no lo es; en gente que está tomando una postura muchas veces sin darse cuenta”, expresó Amaia Merino al preguntársele, frente a los hechos, qué se puede hacer.

El debate se prolongó por casi dos horas y dio lugar a la participación de invitados y público, con puntos de vista y experiencias variadas. A modo de reflexión, el director de ‘Asier ETA biok’ se manifestó en contra de mirar la realidad desde perspectivas absolutas. “No hay que pensar en términos de blanco o negro. Yo creo que la forma de entendernos entre unos y otros, porque los otros también sufren y padecen, es pensar que hay grises. Si yo quiero que el que piensa distinto me escuche, no puedo ir con gritos o insultos por delante. Hay que tratar de ver qué nos une para luego decir ‘pero nos separa esto’”.

Finalmente, entre las preguntas surgidas en el intercambio con los creadores del documental, y teniendo en cuenta que Aitor vive en Madrid y Amaia lleva más de veinte años de residencia en Ecuador, surgió la curiosidad sobre por qué habían decidido trabajar juntos en este proyecto. “Porque somos hijos de los mismos padres y de la misma tierra; hemos vivido lo mismo, y sobre todo porque los dos somos muy amigos de Asier; al hablar de Asier hablamos de nosotros mismos”, respondieron los hermanos Merino.

Proyección en las euskal etxeas

Si bien, y tal como lo expresaron sus directores, “Asier ETA biok” fue pensada para que la vea gente que no está empapada en la temática, la posibilidad de que pueda circular en el ámbito de los centros vascos resulta algo “inesperado y a la vez increíble” para los realizadores euskaldunes. “Nosotros queremos que se pueda ver en las euskal etxeas. Depende mucho de que nos dé permiso la distribuidora pero creemos que no tendrán problema ya que sería una actividad no lucrativa. Por nuestra parte, haremos todo lo posible para conseguir ese permiso”, anticipó Aitor.

Finalmente, y también en el marco del debate, representantes del colectivo ‘A casa/Etxera’ por los Derechos Humanos y por las presas y presos vascos, invitaron a sumarse a la actividad comenzada hace un año y que consiste en establecer contacto por correspondencia con los presos y presas vascas y sus familias. En un principio las cartas iban dirigidas a presos que estuvieran afectados por alguna enfermedad, pero ahora el espectro de la comunicación se ha ido abriendo. Quienes quieran sumarse y participar, pueden comunicarse con los integrantes del colectivo a colectivoacasa@gmail.com.