Hizo calor el sábado y el domingo y se sobrepasó en cuatro o cinco grados (F) el límite psicológico de los cien. En el exterior, los visitantes hacían cola para adquirir comida y bebida, aunque la mejor temperatura sin duda ninguna se registraba en la parte cubierta de la feria, en los pabellones, dotados de aire acondicionado