Aitor Alava. Un aspecto del txistu vasco y su ejecutante, es su no tan ancestral faceta como Maestro de Danza. En Euskal Herria, las soka dantzak, ingurutxok, jautziak, mutil dantzak, soinu zaharrak y erregelak entre otras, fueron trasmitidas por esos tamborileros a la vez Maestros de Danza. En este lado del mundo, son los alumnos y/o ex dantzaris que aprendieron la música del txistu de los mayores, la mayoría hijos de oriundos de Euskal Herria, quienes se dedicaron a conservar las tradiciones ligadas a la música del txistu y la dantza como unidad tradicional.
Las Euskal Etxeak han sido el foco y vivero donde esos txistus, tanto por emigrantes como por sus alumnos ya Argentino-Vascos, han sonado y suenan con frecuencia. Podemos asegurar fielmente, el status de importancia que los txistulariaktienen en Argentina dentro de la colectividad vasca. Existen dos o tres focos de concentración de txistularis en Argentina: provincia de Buenos Aires y provincia de Córdoba, sin dejar fuera otras provincias y ciudades en las cuales hay txistularis autodidactas o formados dentro del seno familiar en el traspaso de músicas de generación en generación.
Un lugar destacado ganado nota a nota lo poseen José María Gutiérrez en Buenos Aires y Abel Noseda en Necochea y La Plata son ejemplos activos. Los cuales aún conservan las enseñanzas de sus maestros sin descuidar una capacitación permanente, cursos, gaztemundus, etc.
Llegados a este punto, debemos reseñar el volumen de asociacionismo vasco en Argentina, sumando un centenar de instituciones nucleadas en su mayoría por la FEVA, Federación de Entidades Vasco Argentinas y también contando con una delegación del Gobierno Vasco, bajo la dirección de Sara Pagola Azpiri. Estos datos nos sirven para poder dimensionar en la actualidad el txistu en Argentina. Algunos de los txistularis activos en la actualidad son:
-Mar del Plata: Nerea Balzola Aguilera, Aitor Hormaechea, Facundo Rodríguez.
-Córdoba: Noé Fernández, Franco y Marco Seghesso, Fernando Zabalza, Jesica Ateca, Santiago Chamorro.
-Arrecifes: Juan Ignacio Abarrategui, Marianela Rimini Azarola.
-Rosario: Mateo Tacconi.
-San Nicolás: Martina Saa, Leandro Gil, Rubén Vázquez, Alejandro Coltro.
Sin olvidarnos de los ya citados, Abel Noseda y Jose Maria Gutierrez, observamos cómo no llegan a 10 instituciones vascas, las cuales cuentan con txistularis en activo. Considerando que unas 35 de ellas cuantan con cuerpos de danza vasca estables. Estamos claramente ante un desequilibrio.
El hermano menor
La historia del txistu, es una constante, no reconocer su estatus histórico. Siempre parece el hermano menor en una familia donde sea mito o no, desde Isturitze hace 15.000 años, una tibia con tres orificios, aseguran su presencia. En las grandes citas, salvo contadas excepciones como la trayectoria de Jose Maria Gutierrez, se le relega a un rol no-protagónico. Una pregunta al aire, si el txistu sirve para cerrar los llamados bailes de plaza del domingo en las Semanas Vascas Argentinas, porque nunca cierra el fandango y arin arin en la velada de los sábados.
En mis ya 14 años en este País, he visto brillar los ojos a varios txitularis ante un anillado con la mayor parte del repertorio de Euskal Dantza de Euskal Herria. Ellos son actuales y contemporáneos, sumándose sin dudar a nuevas propuestas y repertorios, como lo hicieron en la pasada Semana vasca celebrada en San Nicolás. Estamos ante una problemática, en la cual los txistularis no son los actores protagonistas.
El txistu, tan evolucionado, desde el primer pasacalles festivo, hasta la orquesta de cámara más vanguardista, pareciera en este rincón del mundo, que seguirá siendo algo secundario. Cambiar como mínimo o potenciarlo depende de varios factores y acciones institucionales acordes. Pero si hay un algo, que es de capital importancia. Si los dantzaris en la Argentina no cambiamos nuestra mentalidad y abrimos nuestras mentes, no dejaremos al txistu y a sus intérpretes volar como se merecen.