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Miriam Vázquez / Bilbao, Bizkaia. Cuando alguien evoca la imagen del lehendakari José Antonio Aguirre, resulta casi inevitable pensar en su característica estampa, maleta en mano, representando al Gobierno vasco en el exilio tras el golpe franquista. En ese periplo, Aguirre vivió en muchos momentos al filo de la navaja, sobre todo cuando le sorprendió en Francia la invasión nazi y tuvo que tejer un delicado plan con la asistencia de varias personas que resultaron determinantes para que evitara el funesto destino que sí tuvo el president Lluís Companys, capturado por la Gestapo y fusilado en el Estado español. Entre otros, fue decisivo el papel del diplomático panameño Germán Gil Guardia Jaén, quien proporcionó un salvoconducto a Aguirre para huir desde Berlín hasta Nueva York con un pasaporte falso, una nueva identidad y un disfraz que se convertiría en el icono de esa hazaña: un bigote y unas gafas postizas. El Gobierno vasco ha decidido agradecer a Panamá esa ayuda crucial para evitar la captura de Aguirre. En un gesto histórico, el consejero de Cultura y Política Lingüística, Bingen Zupiria, viajará al país para reconocer el miércoles de la próxima semana esa labor y rendir un homenaje al hijo del cónsul, que tuvo una intervención providencial.

El Gobierno vasco va a protagonizar en Panamá una jornada de gran simbolismo político e histórico, porque el viaje va a coincidir con el partido que jugará ese mismo miércoles Euskal Selekzioa con Panamá, de manera que este encuentro será un escaparate para el conjunto vasco por jugar en terreno internacional. Además, se prevé que se rinda homenaje al hijo del cónsul, Laurencio Guardia, en el marco de ese partido. También está prevista una reunión con el presidente entrante de Panamá, Nito Cortizo, que acaba de ser proclamado como máximo mandatario para los próximos cinco años. Tiene ascendencia gallega. Laurencio Guardia, por su parte, se encuentra ya jubilado tras una larga trayectoria política en distintos ministerios.

DESDE 1940. El Gobierno de Urkullu se dispone a saldar una deuda histórica. La relación entre Euskadi y Panamá comenzó a forjarse en 1940 y fue decisiva para el mantenimiento del Gobierno vasco en el exilio y para evitar la captura de su máximo representante por parte de la policía franquista. El lehendakari Aguirre se había instalado en París un año antes, ante el avance inexorable de las tropas franquistas en el Estado español. Aguirre había instalado la sede del Gobierno vasco en el exilio en la capital francesa, pero la sombra de Hitler y su expansionismo terminó poniendo en riesgo la posición del lehendakari. El jeltzale, que había acudido a La Panne para realizar una visita familiar, se vio sorprendido en esa localidad por el ataque alemán sobre Bélgica, Holanda y Luxemburgo para controlar Francia, de manera que no pudo volver a París y quedó atrapado en la zona de influencia nazi. La situación era peliaguda. En aquella zona era prácticamente imposible intentar cualquier movimiento sin ser detectado por la Gestapo o los espías franquistas que rondaban por el estado títere de la Francia de Vichy, totalmente controlada por los nazis.

En estas circunstancias, lo más seguro era entrar en Berlín, adentrarse en la mismísima capital del Reich nazi, para levantar menos sospechas y no dar la sensación de que estaba emprendiendo una huida. Los contactos que tenía en Bélgica, como la familia Asporosa, le recomendaron al diplomático Germán Gil Guardia Jaén, cónsul de Panamá en Amberes, quien le dio la identidad de Juan Andrés Álvarez Lastra (un nombre que compartía iniciales con su nombre real, José Antonio Aguirre Lekube). El lehendakari, disfrazado con bigote y gafas y con su nueva identidad panameña, pudo continuar su periplo. A entrar en el Reich lo ayudó Villalaz, embajador panameño en Berlín. Aguirre pudo salir de la capital del régimen nazi con su pasaporte panameño, trabajado con esmero por Guardia Jaén para que tuviera todas las trazas de ser real, y pudo llegar finalmente a Nueva York tras hacer escala en países como Brasil.

GESTO POLÍTICO. Este episodio fue determinante para la pervivencia del Gobierno vasco en el exilio y para la continuidad de su labor en defensa de las libertades vascas, en contra del régimen franquista y a favor de tejer complicidades con las democracias occidentales. Elucubrar con qué hubiera sucedido si Aguirre hubiera sufrido el mismo destino fatal que Companys entra dentro del terreno de la especulación, pero el rumbo de la política vasca podría haber sido otro y nadie pone en duda que el papel de Panamá fue crucial para mantener viva la llama de las instituciones vascas y poder retomar una vez muerto el dictador el debate de la recuperación de la autonomía en la redacción del Estatuto de Gernika. De ahí que el Gobierno vasco haya querido saldar esta deuda con un gesto que le debía a Panamá.

El miércoles tendrá lugar también el encuentro entre Euskal Selekzioa y Panamá, en un momento en que se pretende dar un salto cualitativo para reivindicar su oficialidad. El choque futbolístico se celebrará en Ciudad de Panamá, que celebra el 500º aniversario de su fundación. La organización de este partido va a servir al Gobierno vasco de percha para agradecer al pueblo panameño en general su ayuda a Aguirre.

La celebración de este encuentro tiene a sus espaldas una larga historia de más de un año de gestiones y su relevancia salta a la vista. Para el Gobierno vasco, es importante jugar fuera de casa porque implica un reconocimiento internacional. Panamá participó en el último Mundial de fútbol celebrado en Rusia en 2018. En este viaje acompañará a Zupiria el director de Actividad Física y Deporte del Gobierno vasco, Jon Redondo.

La visita llegará después de las elecciones municipales, forales y europeas del domingo, de manera que no va a interferir en la campaña. También ha coincidido con un contexto poselectoral en Panamá, que acaba de celebrar los comicios y ha elegido como presidente a Laurentino Cortizo, conocido como Nito Cortizo. En este viaje está previsto, como marca la tradición, un encuentro con la comunidad vasca. En el contexto deportivo de la visita, habrá igualmente un encuentro con Pedro Chaluja, presidente de la Federación Panameña de Fútbol y empresario. Estas dos últimas reuniones se producirán ya el jueves, lo que prolongará la agenda oficial a dos días en el país.