Sandra Fernández. Creadora de la firma de moda vasca Minimil , Contxu Uzkudun se ve como artesana creativa más que como diseñadora "porque soy capaz de confeccionar yo misma cualquier prenda de mis colecciones. Creo que es William Morris, el padre del diseño, quien sostiene que uno no debe diseñar ni producir aquello que no sepa realizar con sus propias manos. Ese conocimiento manual va conmigo y me identifico con él", asegura.
Uzkudun nació en Lasarte el 8 de septiembre de 1947. "Es un pueblo industrial vecino a San Sebastián. En aquella época, las mujeres de las familias obreras no teníamos otras alternativas que emplearnos en las fábricas o aprender un oficio, en mi caso, modista. Me inicié con 15 años", recuerda. Lo hizo en el taller de Pilar Usarraga, una discípula de Balenciaga que formaba a sus alumnas en las técnicas que aprendió del maestro: "A Balenciaga le admiro desde siempre. Me fascinan sus vestidos, la perfección de su ropa. En los años 50 en San Sebastián, Balenciaga era el referente. Veía mujeres que vestían sus trajes tan elegantes y perfectos. Aunque la mujer no estuviese a la altura de su trabajo, aquella ropa emanaba belleza y sofisticación, mejoraba a quienes la vestían. Actualmente, en una sociedad entregada al ruido y al desorden visual que generan los productos baratos, Minimilanhela el orden, el rigor y la cuidada discreción que caracterizan al modisto. Trabajamos intensamente para transmitir esos valores que en nuestra opinión mejoran la vida de las personas y de la sociedad", afirma.
Con las ideas claras y el oficio aprendido, Uzkudun abre en Lasarte un taller en su domicilio: "Tenía 20 años y decidí volar por mi cuenta para ser libre y confeccionar los vestidos a mi manera. Eran los 60 y empecé cosiendo a medida. En los 70 vino el prêt-à-porter y comenzamos a producir pequeñas series que vendíamos en nuestra tienda, Daros, que abrimos en San Sebastián en 1977". En los 80 deciden presentar sus colecciones en Cibeles y en la Semana de la Moda de San Sebastián y en 1987 nace Minimil (de la palabra inglesa minimal): "Una evolución y una necesidad, el desarrollo de aquel pequeño taller en el que empezó todo", reflexiona.
Las herederas
En los 80 sirven ya a tiendas multimarca de toda España hasta que en los 90 "apareció la red de tiendas de ropa barata. Cambiaron totalmente el mercado. Estuvimos obligadas a reestructurar la empresa y el plan de negocio. Decidimos concentrarnos en nuestros propios puntos de venta y controlar todo el proceso, desde la selección de los colores, la tela, el diseño, la producción, la atención a las clientas y la venta. La evolución ha sido extraordinaria. Ana, Beatriz y yo hemos realizado un viaje que denominamos espacial: hemos pasado de una producción y concepción del oficio propio del siglo XIX a un negocio del siglo XXI", relata orgullosa.
La incorporación de sus hijas Ana (San Sebastián, 28 de enero de 1967) y Bea Zuaznabar (San Sebastián, 30 de diciembre de 1967) fue algo natural: "Ellas crecieron en una casa en la que se dibujaban patrones y cortaban telas y sonaban las máquinas de coser. El taller era un lugar de trabajo (había 12 modistas y un trasiego de clientas que acudían a las pruebas) pero también era un lugar de juegos y aprendizaje. El acceso al mundo de la confección podría decirse que, en algún grado, vino impuesto. Ana estudió moda en Barcelona y se incorporó como diseñadora a Minimil con 23 años. Beatriz lleva más de 30 de cara al público elaborando la imagen de las tiendas y gestionando el departamento de marketingque desarrolla las campañas y se ocupa de la relación con los medios, así como de la tienda online y las redes sociales". ¿Van siempre vestidas con sus diseños?, pregunto. "¡Por supuesto! A diferencia de otras marcas no diseñamos ropa que no nos pondríamos. No vestimos a la mujer con modelos inapropiados, no diseñamos ropa fea, no tratamos a la mujer como un objeto. En definitiva no producimos prendas que no queramos ni podamos vestir", confirma categórica.
Stop ropa barata
Hoy poseen cinco tiendas en Donostia, Bilbao (también venden en el Guggenheim), Vitoria, Valencia y otra online y en su taller, situado en una antigua redería del Puerto de Pasajes, del que salen dos colecciones cada año, trabajan 20 mujeres que llevan en Minimil entre 10 y 25 años. "Estas relaciones laborales son posibles porque entendimos que no queríamos situarnos en el sector de la ropa barata. La ropa barata genera trabajos baratos. Un vestido que vale 30 euros ha sido confeccionado por trabajadoras explotadas y por su calidad apenas soportará más de una temporada. Un vestido de Minimil cuesta entre 100 y 150 euros pero tanto su diseño como la calidad soporta fácilmente cuatro temporadas. Es decir, no es más caro, porque te lo puedes poner entre cuatro y seis veces más y genera puestos de trabajo de calidad. Ya es hora de romper y denunciar ese hechizo que hay en España, no en Europa, por consumir productos baratos", reclama.
Uzkudun define sus diseños como New Basque Style : "En un producto de Minimil pueden encontrarse ecos del paisaje, las tradiciones y las formas propias de la cultura vasca. Después de un largo periodo en el que lo vasco se asociaba con situaciones de conflicto, con entornos cerrados y oscuros, New Basque Styletraslada optimismo, alegría, una nueva actitud de estar en el mundo actualizando con una nueva luz las formas de una cultura profundamente europea".
Madre e hijas viajan sin parar y en cada escapada encuentran inspiración: "El pulso de las ciudades europeas está en la calle y en sus manifestaciones culturales visibles en las galerías, en los museos o en la arquitectura. El objetivo es producir colecciones de última tendencia sin caer en la imitación hueca. Elaboramos diseños inteligentes porque adaptamos las tendencias a nuestra concepción de la moda y a nuestras capacidades de producción". Eso sin renunciar a prendas icónicas de su tierra. Entre ellas, la txapela.