Alex Zubiria. Pablo Sorozábal volvió ayer a Alemania. Tras escribir en 1929 en Leipzig la pieza Siete lieder, la Orquesta Sinfónica de Euskadi (OSE) recordó el jueves al músico donostiarra en la prestigiosa Herkulessaal de Múnich con un exitoso concierto. Una actuación en el corazón de Baviera que supuso el punto central de una gira que ha llevado a la formación en una semana a Linz, Múnich y Bregenz, donde actúa esta noche.
No es sencillo convencer al exigente público muniqués. En la ciudad germana conviven tres grandes orquestas sinfónicas de prestigio mundial, por lo que la OSE no lo tenía nada fácil. Sin embargo, la salida al escenario del director, Robert Treviño, hasta en siete ocasiones aclamado por los aplausos, es prueba más que suficiente de que la orquesta vasca convenció y gustó. Para este concierto, el segundo de tres en una semana por tierras centroeuropeas, la agrupación apostó por combinar obras reconocibles para el público germano con otras más desconocidas.
Así, la OSE arrancó con la mencionada pieza de Sorozábal y la voz de la soprano alemana Mojca Erdmann, quien hizo resonar el euskera en la sala bávara con la interpretación de los lieder Amesetan, Lotoren loraky Ez dok sinisten. Una valiente propuesta con la que la orquesta quiso poner en valor la música vasca más allá de sus fronteras. Tras ella, fue el turno de las Variaciones enigma, de Elgar, una composición que el martes ya interpretaron en la ciudad austriaca de Linz y que fue muy bien recibida, y la pieza más arriesgada, la Quinta sinfonía, de Mahler, ya que en menos de un mes, esta obra ha sido programada en Múnich hasta en cuatro ocasiones.
A pesar de ello, Treviño quiso incluirla al haberla representado en numerosas ocasiones en esa misma sala junto a la Filarmónica de Múnich. Con esta demostración, el director mostró la calidad de la OSE, capaz de representar una pieza elegante y complicada. La acogida del público fue tan buena que la orquesta ofreció dos bises. Primero, Morgen, de Las cuatro últimas canciones,de Richard Strauss, y segundo. y ya con la formación en solitario, El intermedio,deLa boda de Luis Alonso, de Giménez.
A la cita acudió el consejero de Cultura del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, quien afirmó que “si queremos salir al mundo como país, además de como industria y economía, hay que exportar cultura, y la OSE lo ha demostrado y es un ejemplo”.
La gira centroeuropea de la OSE comenzó el martes en la ciudad austriaca de Linz, en la que, a pesar de la indisposición de la soprano Erdmann, que no pudo actuar, la orquesta realizó un magistral concierto. Con respecto a la actuación en Múnich, Treviño solo realizó un único cambio, iniciando el espectáculo con la Meditación de Aita Donostia. Una obra delicada y corta apropiada para un lugar de recogimiento como el de la sala Brucknerhaus. Durante este concierto, la agrupación estuvo acompañada además por el organista Berbhard Prammer, que dio voz al órgano que preside la sala austriaca con casi 4.000 tubos. La ciudad de Bregenz recibirá esta noche por primera vez a la OSE en la sala Festspielhaus, con las 1.600 entradas ya vendidas.