Ordizia, Gipuzkoa. Pues bien, en el marco de una visita que acaba de llevar a cabo a Gipuzkoa una delegación de la región de Valparaíso, la comitiva chilena recalaba en Ordizia, donde visitaba el campus universitario, la agencia de desarrollo Goieki, la feria, D'elikatuz, empresas como Ampo o CAF y asistía a la firma de un protocolo de intenciones entre el alcalde de la localidad de Los Andes y el de Ordizia.
Sirva reseñar que al igual que en Argentina, en Chile existe una importante huella de la emigración vasca y que, en concreto Valparaíso cuenta con una Euskal Etxea, de cuyo germen, el Centro Vasco Chileno de Socorros Mutuos, se cumple este año el centenario.
Los rectores de la región de Valparaíso, que cuenta con casi dos millones de habitantes, y es sede de cuatro universidades -Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Universidad de Valparaíso, Universidad Técnica Federico Santamaría, y Universidad de Playa Ancha de Ciencias de la Educación- consideran que existen muchas similitudes entre aquella región y Euskadi, país andino en el que, además, destacan hay muchos empresarios vascos haciendo bien las cosas. «Conocemos la realidad del entramado empresarial del País Vasco y estamos interesados en estrechar lazos, en cooperar en sectores como el siderúrgico, las energías renovables, la minería, la agroalimentación, los servicios, etc».
Y en este contexto, en el caso de Ordizia, el alcalde la localidad chilena de los Andes, Mauricio Navarro Salinas, y el máximo regidor de la localidad, Igor Eguren, rubricaban un marco genérico de intenciones que a partir de ahora el día a día irá concretando.
En el texto convenido, ambas partes reconocen que la cooperación internacional es uno de los factores que incide favorablemente en la solución de problemas que afectan a las respectivas comunidades y se muestran convencidas de la importancia de establecer mecanismos que contribuyan al desarrollo y fortalecimiento del marco de cooperación bilateral, así como de la necesidad de ejecutar proyectos y acciones que tengan efectiva incidencia en el avance económico, social y cultural de ambas partes.
El objetivo de este marco de intenciones no es otro que estrechar los lazos de amistad entre sus habitantes y fortalecer la cooperación en las áreas de mutuo interés, especialmente en la incorporación de transferencias de mejores prácticas, la innovación social y productiva y el intercambio académico y cultural mediante acciones conjuntas entre los sectores públicos, privados y académicos.
A la hora de materializar este propósito, los firmantes se comprometen a elaborar, a más tardar el 30 de marzo de cada año, un programa anual de actuaciones en campos como patrimonio, gestión cultural, desarrollo turístico, gestión comunitaria, educación, desarrollo económico, participación ciudadana, etc. No obstante, de salida acuerdan establecer el primer programa operativo anual, dentro de los 60 días siguientes a la fecha de firma del presente convenio (6 de mayo).
El convenio tendrá una duración de cinco años, prorrogables.