Por Lorenzo Sebastián, historiador
El Gobierno Vasco creará este año su nueva Delegación en Francia, dentro de la Estrategia Marco de Internacionalización Euskadi Basque Country 2025. Esta decisión viene a reforzar la actual red de delegaciones: Bruselas, Buenos Aires, Santiago de Chile, Nueva York, México y Madrid. La sede estará en París, pero se ignora dónde, ya que el Ejecutivo no ha desvelado su ubicación, pese a haber sido interpelado con frecuencia desde su anuncio en septiembre. Con todo, ha trascendido que no será el histórico edificio de la parisina Avenue Marceau, cuya propiedad ha sido –y es– objeto de reivindicación del Gobierno Vasco y del PNV.
El Gobierno Provisional de Euzkadi, nacido en la Guerra Civil, dispuso de su primera sede en el emblemático palacete del n.º 11 de Avenue Marceau, cerca del Sena y el Arco de Triunfo. El diputado del PNV R. Picavea alquiló el inmueble en 1936, poco antes de constituirse el Ejecutivo autónomo. En 1937 el vasco-filipino M. Gamboa adquirió el edificio con dinero del nacionalista F. Belausteguigoitia desde México. A principios de 1939, ante el inminente reconocimiento de Franco por parte del Ejecutivo francés, el Gobierno vasco creó la sociedad instrumental Finances et Entreprises para que gestionase sus bienes. Al frente de la delegación estuvieron Picavea (1936-37) y el consejero socialista J. Gracia (1937-39).
Durante la ocupación alemana, en junio de 1940, el inmueble fue desalojado por la policía española y la Gestapo y entregado a la Embajada franquista, en cuyas dependencias concentró el Hogar Español, la Falange y el Instituto Cultural Español. Tras una orden de embargo de los bienes de Finances et Entreprises de 1941, la propiedad del inmueble fue registrada a nombre del Estado franquista. En 1944, tras la liberación de París, el Gobierno de Euzkadi recuperó el palacete, pero en 1951, en ejecución de una sentencia de 1943, fue de nuevo reintegrado al Gobierno de Franco (hoy, desde 1991, aloja el Instituto Cervantes). En 1952, el Gobierno vasco hubo de trasladarse a su segunda sede, en la también parisina Rue Singer, donde permaneció hasta 1979.
Para el Gobierno Vasco en general, y el PNV en particular, el edificio de Avenue Marceau posee un gran valor simbólico como lugar de memoria del autogobierno y el europeísmo. Además de sede del Gobierno del lehendakari J. A. Aguirre en el exilio y de la Liga Internacional de Amigos de los Vascos, en ella se editó el periódico 'Euzko Deya'. También en su interior la policía franquista se incautó de la documentación de la red Álava, operación que acarreó la detención de decenas de personas en Euskadi y el fusilamiento de su organizador L. Álava (PNV) en 1943.
La sede de Avenue Marceau albergó el espíritu europeísta del exilio, tanto de las instituciones republicanas como de las vascas. En este edificio se aprobaron los Estatutos de los Nouvelles Équipes Internationales de los democristianos europeos (1948) y se constituyeron el Consejo Federal Español del Movimiento Europeo (Cfeme, 1949) y el Consejo Vasco por la Federación Europea (CVFE, 1951), con presencia de los partidos antifranquistas vascos. Este Consejo, presidido por G. Nárdiz (ANV), surgió para superar las tensiones internas en el PNV provocadas por su participación en el Cfeme, organismo estatal integrado por personalidades socialistas, republicanas y nacionalistas catalanas y vascas.
El PNV, desde las instituciones y los tribunales, ha reivindicado infructuosamente la sede parisina del Gobierno Vasco a los diferentes gobiernos de España. En 1998 lo intentó a través de la Ley del Gobierno de J. Mª Aznar sobre restitución o compensación de bienes y derechos incautados a partidos políticos (en 2003 un fallo del Supremo desestimó su petición). Han liderado esta reivindicación senadores, diputados, eurodiputados, el presidente del PNV Andoni Ortuzar y, en menor medida, el lehendakari Iñigo Urkullu, que en 2016, con motivo del 80 aniversario del Gobierno de Euzkadi, depositó en el buzón del edificio una nota manuscrita en euskera en ese sentido.
En 2022, año previsto para la inauguración de la Delegación de París, el PNV podría obtener la restitución del edificio, o una indemnización, pues el proyecto de Ley de Memoria Democrática del Gobierno central contempla la recuperación de bienes incautados en el extranjero. Al margen de cómo concluya el pleito sobre la propiedad del palacete, es de justicia y memoria histórica que se coloque una placa que indique que fue sede del Gobierno de Aguirre durante la Guerra Civil y la posguerra. Resulta paradójico que en el edificio no haya inscripción alguna que lo recuerde, cuando existen sendas placas que conmemoran la creación de los consejos europeístas citados (1991 y 2014). Más aún cuando tenemos los ejemplos de otros inmuebles emblemáticos del Gobierno de Euzkadi, en los que se instalaron paneles informativos de su vinculación institucional: el Hotel Carlton en Bilbao, el Palacio Lapuente en Trucíos y la Delegación de Barcelona en el Paseo de Gracia.