Fco. Javier Aguado Goñi. Al frente de la expedición que fue recibida y arropada por las autoridades locales estuvo Gorka Álvarez Aranburu, director de la Colectividad Vasca en el Exterior, quien explicó que «la Ley de relación con las colectividades nos exige que cada cuatro años hagamos un encuentro con todos los países donde existe representación vasca organizada, es decir, donde hay centros. Son 25 países y este año contamos con 21».
Álvarez señaló que «nos juntamos y hacemos reflexiones sobre el presente y futuro de la diáspora, y así se comparten experiencias... Paralelamente, organizamos actos para que estos miembros conozcan Euskadi y vivan momentos como este con la llegada del Iparragirre 2020. Esta vez había que venir a Urretxu».
Las comunidades representadas fueron Argentina, Australia, Bélgica, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Cuba, Alemania, El Salvador, España (Madrid y Palma de Mallorca), Francia, México, Japón, Paraguay, Perú, Puerto Rico, Reino Unido, Uruguay, Estados Unidos y Venezuela.
Yuichi Shimanuki, Masami Murakami y Sho Hagio representaron a la Euskal Etxea de Toki, en Japón, donde nos confirmaron que asiduamente se juntan una veintena de euskaldunes. La semilla la pusieron en su día unos alaveses.
Recibidos a las 12.00 horas en la plaza Iparragirre, tras tomar unas fotos al pie de la estatua de Iparragirre, un dantzari saludó a los presentes con un aurresku de honor a los sones de la agrupacion de txistularis de Urretxu.
Excursión histórica
A continuación, dos guías locales, Miren Josu Aranburu y Kizkitza Ugarteburu, acompañaron a los visitantes por el casco antiguo explicando al lado de la casa natal del bardo su vida y su entorno.
Acto seguido, visitaron el templo de San Martín de Tours, joya arquitectónica de primer orden, y allí recibieron los saludos tanto del alcalde, Jon Luqui, como de Gorka Álvarez. Ellos dieron paso a un pequeño recital que el cantante Gontzal Mendibil les ofreció marcando de alguna manera una bonita mezcolanza entre la palabra y el verso, entre el personaje, su historia y su relevancia con los vascos, con su tierra y con el euskera.
Finalmente, los visitantes se desplazaron al cementerio de Urretxu, donde se ubica el mausoleo del bardo erigido en 1981 con motivo del centenario de su fallecimiento. Tras unas breves explicaciones, la diáspora depositó un ramo de flores a pie de la tumba acabando el acto a los sones del Gernikako Arbola. La visita finalizó con una comida en el restaurante Etxe Berri.