La Plata, Argentina. .Ayer por la tarde, en el Centro Vasco de La Plata de calle 58 y 14, se presentó el libro Marinka, una rusa niña vasca, del escritor local Rodolfo Luna Almeida. La novela está basada en la apasionante y desgarradora vida de Marina González de Apodaca, una vecina de Villa Elisa de 90 años que, escapando de la Guerra Civil Española con solo 10 años de edad, en la década de 1930 viajó sola hacia la antigua Unión Soviética, donde quedó atrapada por más de 20 años tras la invasión de Adolf Hitler en tierras rusas.
Ante aproximadamente unas 80 personas, la presentación de esta novela contó con la especial presencia de Marina González de Apodaca y de otro de los personajes del libro, Antonia Fernández Gárate, prima de Marina, quien vino especialmente de España para la ocasión. Sus palabras, que ahondaron sobre aquellos tiempos en los que compartían hogar con Marina en Bilbao, emocionaron a todos los presentes.
La obra, editada por la editorial Planeta y agotada en Villa Elisa y City Bell, narra el viaje de Marina hacia la ex-URSS, donde compartió tiempo junto con otros niños españoles que también fueron evacuados para eludir la muerte durante los enfrentamientos. En tierras soviéticas, alejada de su familia y sin noticias de esta, después de cuatro años de paz la niña vasca tuvo que cavar trincheras para evitar el avance de los nazis y se convirtió en una tornera destacada del país, lo que le valió ser noticia de un diario ruso. A los 30 años, después de haber vivido un calvario, desembarcó en el Puerto de Buenos Aires, donde encontró la tan ansiada paz.
Si bien es cierto que la obra es ficcional, su autor explicó: “La historia se basa en todos acontecimientos reales de la vida de Marina. Todo lo que se dice en el libro sucedió y todos los personajes son reales, el tema es que había lagunas en el relato y por eso no tiene exactitud en cuanto a lugares y fechas”.
En torno al proceso creativo y a la inspiración que encontró para poder completar la obra en apenas tres meses, Luna Almeida explicó: “No grabé nada y apenas tomé unas pocas notas. Marina es la madre de una amiga y desde hace diez años vengo escuchando esta historia que me fascinó desde el principio”. Además, el autor tuvo a una editora de lujo: “Cada capítulo que terminaba se lo leía a Marina y llorando me pedía que siguiera con la historia. Eso me motivó mucho”.
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