euskalkultura.eus

Jon Munarriz. «Estoy deslumbrada con la belleza de la costa vasco-francesa. Caminando a través de estos pueblos siempre hay una estampa que se repite: una gran pared de 16 metros de ancho y 10 metros de alto con el año en el que fue construido inscrito en la parte superior. Se trata de los frontones». Así arranca el último reportaje de Sylvia Sabes, periodista franco-estadounidense de la BBC, en el que ha explicado al continente americano cómo es la pelota y el arraigo de este deporte en la cultura vasca.

«El frontón es más que un pared. Es el centro del pueblo. El punto donde se junta toda la gente». La periodista, durante su periplo por los pueblos de la costa, avanza ese 'muro' es el centro de unión entre el pueblo y el deporte. «En una época llena de ídolos futbolístico y videojuegos, las plazas se siguen llenando los domingos de familiares y amigos que ocupan las gradas para ver a otros competir».

La pelota es uno de los elementos más arraigados a la cultura vasca. Hasta tal punto de que allá donde han ido, el frontón ha sido una de las tradiciones que han viajado con ellos. «Este deporte del siglo XVII es el predecesor de otros como el tenis, squash o ráquetbol. A día de hoy, deportes vascos como la cesta punta se siguen disputando fuera de Euskadi. Por ejemplo, llegó a Florida en 1920», explica.

De hecho, las tierras americanas siguen siendo uno de los puntos en donde se sigue disputando este deporte. En un momento del reportaje, Sylvia destaca que próximanente conocerá a Patxi Tambourindeguy, quien junto a su hermano Jon se han consagrado como campeones del mundo de cesta punta en Cuba, Acapulco y Miami.

Un deporte de record Guinnes

Y es que precisamente la cesta punta es uno de los deportes que se practica en los frontones que más ha llamado la atención de la periodista en este reportaje publicado por la BBC. «Se juega con una cesta fina que se curva como un garfio. Los jugadores agarran la pelota con estas cestas y la lanzan duramente contra la pared. De hecho, este deporte cuenta con el Record World Guinnes de una pelota que golpeó la pared a 302 kilómetros por hora».

Pero más allá de la complejidad del deporte o de las altas velocidades que alcanzan las pelotas, Sylvia destaca que las cestas siguen siendo un producto que se hace de manera manual. «Peio Gonzalez -uno de los locales entrevistados por la periodista- pertenece a la cuarta de las cinco generaciones que se dedican a hacer cestas». El arte y la habilidad con la que Peio creaba el instrumento sorprendía a Sylvia, pero mayor fue su sorpresa cuando Bixente Gonzalez, hijo de este, también quería heredar la profesión familiar. «En estos momentos está en el frontón practicando para entrar en el circuito profesional», apunta la periodista.