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15/03/2010 - Ayacucho, Argentina

Era un SEÑOR con mayúscula. Buen padre, buen esposo buen trabajador, buen colaborador. Bueno en todas las dimensiones de la palabra. El día domingo se hizo un torneo de mus libre en el centro y como en todos los encuentro dijo ¡Presente! hasta que que fue el último de la etxea.

Fue presidente de la cooperadora de la Escuela Especial N*501, presidente en ejercicio de APIDDA (Asociación Pro Integración del Discapacitado, Ayacucho), de la Comisión Directiva del Club de Pesca, y colaborador del Club Ferroviario.

Tenía 65 años de edad. Dejó una esposa y dos hijos. Excelente familia. El era empleado rural de toda la vida, con una firma que es una sociedad. Además del campo que atendía en Ayacucho, asistía a otro en el partido de Balcarce y creo que el otro era en la Pcia de Santa Fe.

Se fue por la mañana al campo, apresurado por no esperar al patrón, y éste llegó sobre el mediodía al campo y busca que te busca, ya era la hora de almorzar y no había el famoso asadito, lo salieron a buscar y lo encontraron caído del caballo en por muerte por infarto.

Como muslari le hizo un órdago a la vida y le ganó. Sí bien a nosotros nos deja una silla vacía, ésta se va a ocupar, pero el hueco que deja en nuestros corazones es muy grande y no creo que se cierre facilmente.

Hombre pensante, medido, pausado, siempre con una sonrisa a flor de labios, conciliador.

Durante sus exequias quedó reflejado el cariño que se le tenía y los habitantes le demostraron con su presencia lo mucho que lo querían y respetaban. Para nosotros, ha sido una baja muy muy lamentable, pero lo que sabemos es que se ganó el cielo. Por "bueno", lo llamó Dios.

Fermina Mariezcurrena
CV Euskal Odola, Ayacucho