Hace unos días se celebró en París la Feria de Lenguas Expolangues, feria referencial y punto de encuentro obligado para las lenguas del mundo. O al menos lo fue en su día. Pero hoy en día Expolangues no es la feria multitudinaria y referencial que fue antaño.
Las Ferias de Lenguas son las ventanas para mostrar al mundo el trabajo que en torno a un idioma realizan agentes e instituciones como la nuestra. Son oportunidades para mostrar toda la información que se genera en torno a nuestra lengua y su realidad más inmediata. Lugares en los que se une todo lo relacionado a la lengua: dónde aprenderla, diferentes metodologías, materiales didácticos, las últimas investigaciones en torno al euskera, novedades, reflexiones, y todo lo que tiene relación directa o indirecta con ella. Son espacios importantes para equiparar una lengua minoritaria como la nuestra con el resto de los idiomas. Pero en estos tiempos donde los cambios en la comunicación social son trepidantes, la fórmula actual de Expolangues está en fase de cambios.
Pueden ser varios los motivos de este declive: la crisis y los recortes en gastos; el retroceso que ha sufrido internacionalmente el francés como vía de comunicación; la necesidad de reordenar la fórmula de trabajo de las ferias; la rapidez con la que hoy en día se recibe, se mueve y se accede a la información sobre las lenguas en internet, etc. Además, debido a las medidas de seguridad actuales en París, grupos escolares y estudiantes han tenido que suspender sus visitas a Expolangues.
Pero esta Expolangues 2015 también ha tenido, por supuesto, aspectos gratamente positivos. La Fundación Azkue y el Instituto Vasco Etxepare han llevado juntos el testigo del euskera a París. Este trabajo conjunto es, sin duda, imprescindible y necesario para abrir nuestra lengua al mundo, y posicionarla.
Ha sido más que agradable, por otro lado, disfrutar del recital del poeta Gerardo Markuleta y el músico Jabier Muguruza organizado por la lectora del Instituto Vasco Etxepare Miren Ibarluzea, en el que también participaron alumnos y lectores de portugués, catalán, gallego y español.
Y la mirada al futuro vino de la mano de Andreu Bosch (Instituto Ramon Llull), Josune Ariztondo (presidenta de Azkue Fundazioa) y Pello Salaburu (profesor de la UPV-EHU y director del proyecto SEG) en la mesa redonda que trató el impacto de la red en la difusión del euskera y el catalán. Una mesa redonda verdaderamente interesante, y que sin duda tendrá continuidad.