Estoy en Necochea, Argentina, y la noticia me golpeaba ayer por la mañana, hora de acá, cuando la llamada de un amigo desde Bilbao me transmitía lo que en ese momento no era sino una sospecha: un perturbado había atacado indiscriminadamente a varias personas en la capital vizcaína, matando a una de ellas, quien según las primeras informaciones era un profesor jubilado de 65 años de la ikastola Karmelo y respondía a las iniciales KMO. La información pintaba mal y desgraciadamente se confirmaba al poco: la persona fallecida intentando apaciguar al atacante era Kepa Mallea Olaetxe. Así, en un abrir y cerrar de ojos moría este munitibartarra entrañable.
Lo conocí hace ya algunos años, de la mano de su hermano, Joxe Mallea-Olaetxe, profesor de la Universidad de Nevada en Reno y más tarde coincidimos con él en diferentes ocasiones tanto en América como en Euskal Herria, siempre afable, persona cultivada y abierta al mundo, activo y comprometido con su entorno y su cultura, con su país, con el euskera y con el mutuo entendimiento y el valor de la palabra. A Joxe, a Jesusa y a sus hermanos de ambos lados del Atlántico, un muy fuerte abrazo, también y muy en especial a Miren y a sus hijas Lur e Itsaso. Era un hombre bueno, íntegro, de los que nos hacen falta muchos, y al que echaremos de menos. Gogoan izango zaitugu, Kepa.