Recién llego de La Habana, donde por unos días me he sumergido en historias vascas locales y en el pasado y presente euskaldun de diversa gente que desea, en algunos casos recuperar, en otros aprender y en otros profundizar en el conocimiento de la cultura vasca en general y de la cultura vasca presente en la isla en particular.
Sí, también Cuba dispone de aporte vasco. Es conocido que en La Habana surgió, en 1877, laAsociación Vasco-Navarra de Beneficencia, entidad que continúa hoy activa en la isla, con numerosos retos, y sin local, cuya consecución --la de una sede-- constituye uno de sus primeros objetivos, según nos manifestó su presidenta en el encuentro que mantuvimos en La Habana Vieja.
Por su parte, con local y con un buen número de jóvenes entusiastas cuenta el 'Proyecto Dantzari', con base en El Cerro, en cuya Casa de Cultura se juntan cada semana jóvenes y padres, como hicieran el pasado martes para atender una charla de quien firma estas líneas en torno a Euskal Herria y su Diáspora. Mucha juventud, mucho interés y muchas ganas, en un proyecto con vinculaciones euskaldunes que auspician desde el propio Municipio, el Ministerio Cubano de Cultura y otras entidades locales.
No lejos del malecón visitamos el restaurante Centro Vasco, fundado en 1954 por el mutrikuarra Juanito Saizarbitoria, quien en los 60 refundaría el restaurante en Miami. Degustamos el bacalao al pil-pil que ofrece, en un entorno de murales pintados que representan deportes populares vascos, desde los aizkolaris, harrijasotzailes y pilotaris, hasta las regatas, con Bahía de La Concha incluida. En otros momentos y entornos, conversamos con amigos como Josemi Arrugaeta, colaborador y cronista desde Cuba del boletín, o con el azpeitiarra José Luis Astigarraga, fundador hace apenas unos días de la primera Peña del Athetic en Cuba.
Paseamos por el Cementerio de la Habana --dos millones y medio de 'inquilinos'-- para contemplar en su seno el Panteón 'Laurac Bat', llamado el Panteón de los Vascos, cuyas obras se iniciaron en 1890 y hoy a medio restaurar. Llegamos asimismo hasta el que fuera uno de los frontones de cesta-punta más famosos del mundo, el Palacio de los Gritos, con su primer partido jugado, aun por concluir sus obras, en 1901.
Departimos con responsables de la asociación de cooperación Euskadi-Cuba, y llegamos hasta algunos de sus proyectos en San Miguel del Padrón. En La Habana Vieja visitamos el taller-escuela de carpintería y vidriería 'Gabriel Aresti', que en su día auspiciaran entidades como el Ayuntamiento de Bilbao o el Gobierno Vasco. Cómo no, nos queda tiempo para mojar el gaznate con mojito elaborado, como mandan los cánones, con ron Havana Club, fundado precisamente por un vasco, el vizcaino Arechavala, y elaborado inicialmente en su fábrica 'La Vizcaya'. En otro orden de cosas, me queda clara la vinculación de algunas de las fortunas vasco cubanas con el comercio de esclavos.
También en La Habana Vieja, en su iglesia de San Francisco, tuvimos tiempo de visitar el altar deNuestra Señora de Begoña, construido en 1955 por la colectividad vasca, con frescos de imágenes típicas del país, los escudos de Alava, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra y la leyenda'Jaungoikoa ta Foruak, Euskal Erria, Caridad'.
Pero de todo esto hablaremos en días sucesivos.
De vuelta a Euskal Herria, me entero por Jaione Arrieta y VascosMexico del fallecimiento de Gorka Rosáinz, un vasco-mexicano enamorado de sus raíces, suscriptor asimismo de EuskalKultura.com, y autor estos últimos años de varios trabajos sobre la presencia histórica vasca en México publicados en Euskonews. Desde quí el pésame a su familia, hijos y allegados. Mantuvimos en algún momento una relación epistolar con Gorka que, nos dicen, falleció el 1 de marzo.
Desde California, nos escriben dando cuenta de una sesión de gastronomía vasca y cultura, de la mano de la proyección en el restaurante Pierre, de la localidad de Novato, del documental The Last Link (El último lazo), que varias veces hemos comentado en el boletín. Recordemos que narra la historia de un pastor vasco norteamericano, Pete Camino, que visita a sus ochenta años por primera vez Euskal Herria, donde conversa en euskera con su familia europea. Su historia sirve para explicar la decadencia del pastoreo y de la relación del hombre con la tierra y la naturaleza en Estados Unidos. Será este jueves a las seis y media de la tarde. Para reservas, llamar al (415) 898-4233.
Mientras tanto, recordemos que esta semana llega a su número 3.000 el semanario Herria, publicado en euskera desde la ciudad labortana de Baiona. Lo festejará,entre otros modos, con un suplemento especial y con el respeto y la adhesión de quienes somos desde hace años sus colegas y lectores.