El pasado lunes, en un acto que congregó a un significativo número de gentes entradas en años, los habitantes de la localidad de Angus, en Escocia, se reunieron en recuerdo de los 24 niños de la guerra vascos que acogieron en 1937, teniendo presentes al mismo tiempo tiempo a los voluntarios de la zona que viajaron para sumarse como miembros de las Brigadas Internacionales a la 'Guerra de España' en defensa de la legalidad republicana. Se descubrió una placa en la casa en que vivieron los entonces niños.
Pero no es éste el tema que hoy quería comentar. La pasada semana, en el condado californiano de Calaveras, en Estados Unidos, se organizó, con gran éxito, el Calaveras County Basque Festival, una iniciativa ciudadana para recaudar fondos destinados a la residencia de ancianos local. Un festival Basque, vasco, por tanto. No muy lejos de allí, en Carson City, la modesta capital de Nevada, una asociación católica local organiza cada septiembre su propio Basque Festival, también exitoso, al que inicialmente acudían algunos vascos a ayudar, y hoy ya menos, pasando poco a poco más labores a manos de americanos no-vascos.
Son fiestas vascas sin vascos. En la más reciente del condado Calaveras, se trata de una zona que cuenta con un muy reducido porcentaje de población de este origen, a pesar de ser el lugar en el que se asienta el rancho de John Garamendi, el vicegobernador vasco de California. En realidad, la vasquidad del evento venía marcada por la buena imagen de que gozan aquí los vascos y más palpablemente, in situ, por la tarta con una ikurriña esculpida que compartieron los asistentes, la decoración a base de los colores vascos y la comida típica de los picnics vascos del Oeste que degustaron los presentes, en un acto en que la presencia vasca era prácticamente nula tanto entre el público como entre los organizadores.
Algunos se sorprenden, pero es el mismo caso de las pizzerías sin italianos o los Irish Pub sin irlandeses. Cumpliendo con su objetivo de vender o de atraer a un público aficionado, una Euskal festa sin vascos resulta tan lícita como un Irish Party sin irlandeses.