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Tras una gira con parada en México llega a la capital navarra Izaro Andrés (from Noticias de Navarra)

04/25/2019

“Me gusta escuchar las letras que compongo al tiempo y ver dónde estaba y dónde estoy ahora”. “El mundo es muy grande y si la música me ayuda a conocerlo un poquito más estaré súper agradecida”

Link: Noticias de Navarra

Amaia Rodriguez Oroz / Pamplona. Tras el éxito cosechado a lo largo de una extensa gira con parada en México, Izaro Andrés (Mallabia, Bizkaia, 1993) vuelve a la capital navarra con Eason, el segundo de sus discos que versa sobre el amor propio que se descubre después de un desamor, en el que la cantautora se permite jugar con diferentes géneros y disfrutar más que nunca sobre el escenario.

Vuelve a Pamplona con Eason, disco que ya presentó en marzo de 2018. ¿Veremos en Barañáin a una Izaro diferente de aquella que subió al escenario de Zentral?

-Creo que sí. Pensando en aquel concierto en Zentral, el del sábado será diferente. Me gusta cambiar un poco el repertorio y tendremos oportunidad de tocar diferentes canciones. Iremos la misma banda pero llevaremos un par de sorpresas que no fueron a Zentral;una de ellas ya ha participado con nosotros en algunos conciertos pero tenemos una sorpresa completamente inédita para la cita en Barañáin que creo que será muy emocionante.

¿Cómo ha aterrizado en estas tierras tras una gira que le ha llevado hasta México?

-Ahora mismo, con un jet lag bastante horroroso (ríe). Llevamos durmiendo a deshoras bastantes días y con los horarios un poco revueltos, pero vuelvo con más perspectiva. Allí las cosas van de otra manera y con más calma. Estoy menos nerviosa.

¿Cómo es eso de cruzar el charco con su música?

-Siempre es bonito viajar, pero hacerlo gracias a la música es magnífico. Hemos tenido conciertos solos y con otras personas que no conocía, como Laura Guevara, a quien ha sido un placer conocer. Hacer este tipo de lazos que luego puedan llegar a algo ayudan muchísimo y en esta gira, en México, el público ha sido mayormente mexicano, lo cual es un puntazo porque hay una gran diáspora vasca y sí había algunos vascos, pero la gran mayoría eran mexicanos y creo que se quedaron muy contentos con todo. Y nosotros también.

Define el disco que va a presentar por segunda vez en Pamplona como un reencuentro consigo misma, como una transición “de saberte perdida a la felicidad”. ¿Cómo se traslada esto a la música?

-Se traslada en canciones diferentes, que tienen algo en común pero son muy distintas. Er(h)ori o La Felicidad no tienen nada que ver pero sí mantienen un hilo narrativo, al menos en mi cabeza, en concepto de disco. Cuando escucho las canciones siempre me imagino colores, y este disco tiene mucho de azul. Yo creía que tendría un color ocre, porque Donostia es una ciudad de color ocre por la piedra de los edificios, pero me he dado cuenta de que el mar ha sido la gran inspiración para el disco, que sin duda es azul.

El disco habla sobre el amor propio que se descubre tras el desamor, sobre ese ¿ahora quién soy yo? ¿Las letras son un reflejo de su estado vital?

-Ahora ya no, pero sí suelen ser bastante reales al momento. Me gusta escuchar las letras al tiempo para ver dónde estaba entonces y dónde estoy ahora. Son bastante autobiográficas y si no son sobre mí, son sobre algo muy cercano a mí así que siguen siendo autobiográficas.

Vemos una diferencia clara entre Om y Eason. El primer LP era más introspectivo, intimista, mientras que en el segundo se aprecia a una mujer más firme, con los pies bien puestos en la tierra y sin miedo a abrirse.

-La primera vez, con Om, no sabía que íbamos a grabar un disco hasta que ya lo estábamos grabando. Fue todo muy rápido y para cuando nos dimos cuenta ya teníamos un disco. Cuando me escucho ahora en Om sí que me doy cuenta de que estoy muy para adentro, me oigo asustada incluso. Era la primera vez que cantaba para gente y me sentía rara. Este segundo trabajo, en cambio, ha sido más consciente. Sabía que quería hacer un disco y lo hice. Sabía el qué, el cómo y el con quién... No tenía claro todo, pero sí más cosas que al principio. En este segundo disco soy más consciente, estoy más serena y también me permito disfrutar y divertirme grabando, porque en el primero sufrí mucho, me resultó muy difícil. Ahora incluso me río mientras grabo, y eso es una gran diferencia.

También ha dado un gran salto respecto a los géneros, entre los que mezcla pop, rock e incluso sonidos latinos. ¿Se siente más cómoda en alguno de ellos?

-La verdad es que no. Me he dado cuenta de que cada cosa que me viene, bienvenida sea y listo. Para mí, las personas somos súper variadas, somos muy diferentes depende de con quién estemos, cómo estemos o dónde estemos, y me parece muy real que las canciones sean diferentes, porque yo también soy diferente según en qué momento.

Y lo mismo podrá decir del idioma, ya que lo mismo canta en castellano que en euskera o en inglés. ¿Funciona esto de cantar en diferentes lenguas en cualquier sitio del mundo?

-Funciona, funciona, y de hecho bastante bien. Mucha gente tenía esa duda o preocupación y me he dado cuenta de que la pregunta de los idiomas, fuera de aquí, nadie la tiene. Mis amigos me preguntan si canto en euskera en México, pero es que los mexicanos no se lo preguntan, lo dan por hecho y les da igual. Y me gusta ver lo relativo que es todo. Ellos cantan en cualquier idioma, chapurrean en euskera y disfrutan con la música.

Entonces, podría decirse que la música va más allá de las fronteras del idioma...

-Para la gente que hace música, su idioma principal es precisamente la música, así que el idioma es un instrumento más, una sonoridad más. Pero hay música instrumental que igualmente funciona sin ningún idioma. Primero está la música y luego los idiomas.

Con el uso de diferentes estilos y lenguas, ¿suscribe aquella frase de Jarabe de Palo que decía que “la pureza está en la mezcla”?

-Por supuesto que sí. La pureza está en la mezcla y en la mezcla lo puro;nunca se sabe qué es puro o qué no, puede que aquello a lo que llamamos puro haya sido antes mezcla. Al final, la variedad siempre es positiva y hay que experimentar y ver cosas distintas. El mundo es muy grande y si la música me ayuda a conocerlo un poquito más estaré súper agradecida.

Contar con una banda fija, ¿cambia el modo de concebir todo?

-Siempre he estado trabajando con los mismos músicos y es algo bastante raro, pero hemos hecho un grupo muy estable. Es verdad que una vez les conoces, todo es distinto. Yo compongo sola y después voy al local de ensayo, donde comenzamos a vestir lo que yo he compuesto. Y cuanto más me conocen, mejor saben qué voy a querer escuchar. Me dan plena tranquilidad porque confío en ellos a ciegas y me ayudan en todo lo que necesito. De cara a los directos, me siento muy arropada y con mucha seguridad.

¿Qué tiene previsto hacer cuando termine la gira? ¿Se meterá de lleno en un nuevo proyecto o espera poder tomarse un descanso?

-Estoy pensando en nuevas cosas mías y con otras personas. Aunque me encantaría tener un rato para componer porque entre tanto barullo es difícil. No creo que descanse mucho, pero me apetece bajarme del escenario y hacer el trabajo que hay detrás porque la verdad es que cansa mucho estar en esa dualidad. Me apetece trabajar un poco desde el anonimato, que también viene bien.



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