Arroyo Naranjo, La Habana, Luis Cino (PD). Ensayo etno-histórico y cultural, con prólogo del doctor Jesús Guanche, Los vascos en Cuba es un libro muy interesante y necesario sobre un tema casi inédito entre nosotros.
Por diversas razones, que van desde las brumas de su origen indoeuropeo hasta los esfuerzos que ha hecho el Estado Español, principalmente en la época de la dictadura franquista, por absorber y diluir esa nacionalidad, los vascos son uno de los grupos étnicos europeos menos estudiados. Sobre ellos, hay muchos mitos, erróneas creencias distorsiones y prejuicios, el principal y más dañino de ellos, el de asociar a los vascos con los métodos terroristas que empleó la ETA hasta hace unos años.
Desde la Antigüedad –los romanos Plinio, Cilio Itálico y Estrabón se refirieron a los vascones- ha habido mucha confusión e incomprensión sobre este pueblo asentado a ambos lados de los Pirineos, en el norte de España y el sudoeste de Francia. Debido a sus implicaciones políticas y culturales, hay divergencias hasta en la denominación del territorio vasco, que por distintos motivos e intenciones, unos llaman Euskal Herria y otros Euzkadi.
En Cuba, desde la época colonial, generalmente, a todas las personas procedentes de España las llamaban gallegos, ya que la mayoría provenía de Galicia. Pero hubo también, y en grandes cantidades, personas de todas las demás nacionalidades de la Península Ibérica, entre ellos, vascos.
Para este estudio a fondo de la huella vasca en Cuba, Iturria, descendiente de vascos, dedicó mucho tiempo y esfuerzo. Investigador acucioso, teniendo como antecedente su catálogo de 1999 “Memoria documental de los vascos en Cuba”, además de recurrir a testimonios familiares y entrevistas, rastreó en archivos notariales y eclesiásticos, incluidos los de la Asociación Vasco-Navarra de Beneficencia de La Habana, en viejos periódicos, los registros de las desaparecidas asociaciones de la colonia vasca, etc.
En el libro, Iturria, además de reseñar la presencia vasca en Cuba desde los tiempos de la conquista y la colonización hasta las inversiones en las empresas mixtas con el Estado Cubano a finales del siglo XX, estudia las señales de iden¬tidad de los vascos y sus descendientes en el orden de lo que denomina “cultura material” y “cultura espiritual”, y sus aportes a la conformación de nuestra nacionalidad.
En la introducción, Miguel Iturria describe la gestación de este libro como “ardua y accidentada”. No exagera. Me consta que fue así. Tengo el placer de haber estado modestamente implicado, allá por el año 2006, en su elaboración. Como tenía su computadora rota, mi entrañable amigo Iturria tuvo que desplazarse durante varios días de su casa en El Cotorro, a la mía en el Reparto Eléctrico, para darle en mi laptop los retoques finales al libro.
Cuando usted lea Los Vascos en Cuba, un libro enjundioso pero ameno, comprenderá que valieron la pena los esfuerzos de Iturria.
Luis Cino: luicino2012@gmail.com
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