Alain Salterain. Teniendo en cuenta el perfil de los que tenían acceso al mundo de las letras en aquella época parece casi increíble que entonces hubiera un escritor que no fuera sacerdote. Ese es el caso de Jose Manuel Etxeita, ya que su afición por la pluma no nació en la soledad de los seminarios sino en la armada.
Como buen mundakarra trabajó como txo --joven ayudante del barco-- en la mar, desde los once años, y posteriormente estudió naútica en Bilbao. Con el título de piloto, a los 20 años viajó por los mares de todo el mundo. Fue un marino excepcional, realizando largos viajes a Sudamérica y Filipinas. Trabajó para la Naviera Larrinaga, instalada en Liverpool, en la línea Liverpool-Manila, y en esta ciudad fue ascendido a inspector de barcos. Permaneció 16 años en Filipinas, donde ostentó diversos cargos hasta la llegada de los norteamericanos: director de la compañía Larrinaga, consejero de la Junta del Puerto, presidente de la Cámara de Comercio, y al parecer, alcalde de Manila. Después, regresó con su fortuna a su Mundaka natal para descansar y dedicarse a escribir.
Desarrolló trabajos de astronomía marítima, música y dedicó especial atención al euskera. Fue precisamente en la casa que mandó construir en la localidad vizcaina donde obsequió al mundo euskaltzale con sus obras más valiosas. En ellas, siguió la línea de Domingo Aguirre, como se desprende de sus novelas.
En 1909 publicó su principal novela Josetxu, que no es un libro de aventuras, tal y como se podría esperar tras leer su biografía, sinoque se trata de una novela costumbrista donde, fiel a los tiempos que entonces corrían, se defienden valores tales como la autoridad o el binomio euskera-fe. Además, se pueden ver rasgos autobiográficos, ya que se casó con una prima suya, lo que causó un gran revuelo en su familia.
Antes de un año ya había publicado su segunda novela, Jayoterri maitia, que, al igual que el resto de sus obras, son de lectura agradable. Utilizaba el vizcaino coloquial y conseguía dotar a sus diálogos de una gran naturalidad. Publicó estos dos trabajos cuando la novela vasca estaba dando sus primeros pasos, por lo que se puede considerar como uno de los primeros creadores del género en lengua vasca.
Para rendir homenaje al escritor mundakarra, la Biblioteca Municipal de Mundaka organizó una exposición sobre el artista que fue inaugurada el pasado 10 de junio, de la mano del alcalde de la localidad, Aitor Egurrola, y que contó con la participación del escritor mundakarra Edorta Jimenez. Mañana, como continuación a estos actos, Euskaltzaindia dedicará diversas conferencias a J.M. Etxeita. El discurso de apertura, a las siete de la tarde, correrá, una vez más, a cargo de Egurrola. Después, el miembro de la Real Academia de La Lengua Vasca y escritor mundakarra Jon Kortazar ofrecerá la charla Josetxo eta Etxeitaren biografia, y la euskaltzaina y filóloga antzuolatarra Ana Toledo hablará sobre Ardibasotik Ardibasorako joan-etorria, a las ocho menos veinte. El discurso de cierre lo ofrecerá el presidente de Euskaltzaindia, Andrés Urrutia.
Los actos para celebrar el centenario del fallecimiento de Etxeita proseguirán el diez de agosto, con la conclusión de la exposición abierta en la Biblioteca Municipal y con un homenaje al escritor.