I. G. Vico. Cuenta el técnico vizcaino que, hace ocho años, cuando viajó por primera vez a la localidad para introducir a su federación dentro del Consejo, ya observó que había oportunidad para explotar el deporte en el país andino. “Vi que había posibilidades porque había frontones y pelotaris, básicamente de raqueta, pero algún manista ya jugaba. Se podían hacer cosas”, evoca el abadiñarra. Tras eso, la Federación de Bolivia, que preside César Bolívar, participó en varias competiciones organizadas por el Consejo. Aun así, la cosa se enfrió, “quizás por falta de pelotaris de nivel”.
“Puede haber nivel en Bolivia y hemos puesto la primera piedra; solo queda que sigan trabajando”, analiza Kepa Arroitajauregi
Arroitajauregi fue con Javier Pérez a Cochabamba, donde “nos trataron muy bien”. “Me encontré que hay frontones en todo el país con unas características muy especiales. Tienen dimensiones similares a las nuestras, pero con una pared derecha igual que la izquierda. Es una U. Además, la chapa está a mitad de altura, a cincuenta centímetros. Por esa razón, los manistas bolivianos son ratoneros, no tienen postura de extender la pelota, que en principio es más dura y menos botona”, apostilla.
La misión de Arroitajauregi y Pérez ha sido “enseñar y llevar material para que se juegue con nuestras pelotas”. De hecho, analizan que los campeonatos que ellos mismos organizan se hacen con pelota vasca, que sustituye a la boliviana, más pequeña y dura, que “se clava al extender el golpe”. “A nuestro nivel no van a llegar nunca, pero tienen material humano para conseguir competir a nivel internacional. Son muy trabajadores y hay gente joven con buenas maneras”, certifica el vizcaino.
No obstante, los emisarios del Consejo Mundial en Cochabamba aprovecharon para valorar el nivel de las féminas con la paleta. “Introducimos la modalidad y queríamos ver cómo se desenvolvían con ella, porque cambia el peso al que están acostumbradas a jugar”, desvela. Y es que, lo habitual es jugar con pelota de frontenis y racquetball, esta última más pequeña y estrecha que la de tenis. “Al principio les cuesta amoldarse, pero hicimos tres o cuatro entrenamientos y hay gente que juega mucho. Vimos a una chica de Potosí y otra de Llallahua que tenían buen nivel con 15 y 16 años. En un año, pueden jugar muy muy bien a pelota”, admite Arroitajauregi, que no pudo hacer prueba con los chicos de paleta cuero. “Estoy convencido de que haciendo unos pocos entrenamiento, hay pelotaris que pueden tener un nivel para competiciones internacionales”, finaliza.