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Juan Mari Zubiaurre / Zarautz, Gipuzkoa. Nunca es fácil dejar la tierra que te vio nacer para buscarte el pan en otra parte, pero a veces la situación te obliga a hacerlo. Este es el caso de Julio y Lito Barrionuevo, dos hermanos argentinos que vinieron escapando de la pésima situación económica que atravesaba su país y que se han topado con otra crisis. Pese a todo son optimistas y trabajan a diario con ilusión para satisfacer a sus clientes de Azken Portu mientras esperan que, de una vez por todas, los famosos brotes verdes se hagan realidad.

-¿Cuándo y por qué se vienen de Argentina para aquí?

El primero en hacerlo fui yo (recuerda Julio). Lo hice en el año 2004 por razones de trabajo. Argentina había entrado en crisis los años anteriores y tuve la oportunidad de venir. La aproveché y tras varios años le dije a mi hermano que viniera, lo ayudé económicamente y hace seis años cogimos un bar aquí en Azken Portu, el Sagasti.

-¿Se marchan de Argentina y encuentran que aquí entonces las cosas estaban mejor?

Sí, obviamente. Cuando llegué en el 2004 había trabajo y económicamente las cosas estaban bien. Había trabajo poco paro, pero las cosas cambiaron mucho de entonces.

-¿Desde que llega se dedica a la hostelería o trabaja en otra cosa?

Desde el principio he trabajado en hostelería. Estuve en el malecón, allí en la playa 5 o 6 años y luego nos trasladamos a Azken Portu.

-¿Tenían experiencia anterior en hostelería?

En mi caso no (recuerda Julio), pero mi hermano Lito sí. Había cogido un bar en Buenos Aires. Yo le ayudé unos meses pero no tenía apenas experiencia, la he cogido aquí.

-¿Por qué Zarautz? ¿Es casualidad?

Yo tengo un primo que estaba viviendo en Andoain y como allí no encontraba trabajo se dio la casualidad de que una conocida que trabajaba en la playa de Zarautz me dijo que su jefe necesitaba gente y bueno, no me lo pensé dos veces y me vine aquí, al malecón de Zarautz.

-¿Cómo es su tierra?

Es un pueblo pequeñito que está al norte de Argentina, se llama Simoca y pertenece a la provincia de Tucumán. Tiene unos diez mil habitantes y es un pueblo muy pero que muy tranquilo, en donde se conocen prácticamente casi todos.

-Muy diferente a Zarautz.

Sí, yo he conocido la playa, la costa, estando aquí en Zarautz. Argentina también tiene mucha costa pero nunca se dio la ocasión de ir y he acabado conociéndola en Zarautz.

-La hostelería en Zarautz vive mucho del turismo pero en su caso apenas, teniendo el bar en Azken Portu. ¿No es así?

Sí, es correcto. Lo bueno que tenemos aquí es que trabajamos todo el año y con gente conocida, con clientes habituales de todos los días. Nos conocemos de nombre, sus gustos y todo eso. Es lo bueno que tiene, nos hemos familiarizado bastante con ellos.

-¿Están contentos entre nosotros?

La verdad que sí, muy contentos. Por suerte nos ha ido bien, vamos para seis años y aunque se nota la crisis tenemos trabajo.

-De un país como Argentina, que estaba en bastante mala situación, llegan a aquí pero en poco tiempo también nos alcanza la crisis.

Así es. Vinimos escapando de la crisis que hubo en 2001 y 2002 conocido por todos por el famoso 'corralito' y acá nos ha pillado la crisis. De todos modos no es tan terrible como en Argentina, al menos en el País Vasco, hay gente en el paro y situaciones muy delicadas pero allí la cosa estaba peor, aparte de la falta de trabajo hay mucha inseguridad.

-Ustedes trabajan principalmente con zarauztarras. ¿Cómo somos?

Somos bastante parecidos. En Argentina hay muchos descendientes de vascos, incluso en nuestro caso donde una de las abuelas era hija de vascos. Creo que nos parecemos bastante en ciertas cosas.

-¿Cómo es su trabajo en el día a día en el bar Sagasti?

Es como una rutina, siempre las mismas caras, los mismos clientes. Yo me encargo de abrir el bar (dice Julio) hasta media tarde y luego llega mi hermano. Por la mañana los cafés, al mediodía los potes que siempre acompañamos con una tapa para que los clientes puedan acompañar el vino o el aperitivo con algo de comer y, en general, los días son parecidos. Esperemos que todo vaya mejorando.

-¿Han notado mejoría en cuanto a la cacareada recuperación económica?

Eso es lo que uno escucha, lo que lee y lo que dicen los políticos pero de ser así pienso que será más adelante. Hay clientes a los que se les ha notado la crisis, antes consumían más pero aún siguen viviendo, tendrán problemillas en sus hogares pero no dejaron de venir y siguen viniendo.

-¿Añoran su tierra?

Por supuesto, es algo que siempre tienes en la mente. Uno no se olvida de su familia, de sus amigos, de su gente pero bueno aquí se vive muy bien. Solo nos resta agradecer a todos nuestros clientes su confianza y darles las gracias por todo.