Daisy Olivera. Para celebrar al artista y su muestra se organizó una cena privada en la galería la noche anterior a la inauguración oficial. A ella asistieron un exclusivo y pequeño grupo de coleccionistas, curadores y directores de museos, con quien Goitia compartió detalles de sus obras y les permitió recorrer la exhibición en primicia antes de su apertura al público. Alejandro Muguerza junto a Le Basque Catering, fueron los encargados de la cena y de crear un ambiente tan mágico como el que han logrado imprimir las obras en la galería.
La galería Dot Fiftyone Gallery se ha consolidado como un espacio de arte vanguardista dentro de la escena artística de Miami. También se ha destacado por su distanciamiento de las galerías tradicionales, creando en su espacio una estructura flexible que se ha convertido en un laboratorio de arte conceptual y contemporáneo abierto a la comunidad. Con una línea curatorial enfocada en artistas consolidados y emergentes y con obras que se destaquen por su impacto.
Goitia se graduó de bellas Artes con especialidad en Pintura, en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco, donde obtuvo también su doctorado en Historia del arte. Pasó también un año en La Habana, Cuba, estudiando en la Escuela de San Alejandro; estudió también en el Norfolk Institute of Art & Design de Norwich, Inglaterra y en la Escuola Internationale d’Arte Lorenzo de Médicis en Florencia. Además, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia lo escogió como residente invitado de Cité Internationale Des Arts en París. Según Bastidas, la curadora, “las imágenes representadas por Goitia son poderosos recordatorios de nuestra dependencia del planeta que habitamos y construimos aceleradamente. En sus pinturas y dibujos, inserta personajes indígenas en paisajes que no reconocen su cultura, pero en sus cuadros parecen ser quienes cuestionan el paisaje donde crecen bosques de edificios de cristal y estructuras clásicas. En una época en la que la globalización lleva a la historia hasta el punto de hacerla casi invisible, el autor trae esta al primer plano como un arqueólogo urbano contemporáneo”.