Micaela Llorens. Del espíritu intrépido y arriesgado de los balleneros vascos nació, hace más de 25 años, la marca Ternua. Una empresa textil de origen guipuzcoano que asumió desde su primera colección el reto de trabajar con materiales reciclados o naturales. “Siempre hemos buscado alternativas respetuosas con el medioambiente. Al principio, las soluciones eran pocas porque no existía la conciencia y los métodos de reciclaje que hay ahora”, explica Eduardo Uribesalgo.
La empresa elaboró en 2007 su propio código para catalogar si una prenda es o no sostenible, es decir, si está hecha con algodón orgánico, tejidos reciclados, naturales, biodegradables y sin químicos. “Por ejemplo, somos pioneros en el mundo utilizando pluma reciclada. Nuestro camino siempre estará marcado por devolverle al planeta y a la naturaleza todo lo que nos da”, afirma Uribesalgo. Estos son algunos ejemplos del proceso de producción sostenible de la empresa:
Los proyectos innovadores de empresas como Ternua pueden servir de ejemplo a otras empresas. “Empezamos en 2015 a buscar soluciones con el material autóctono que tenemos en el País Vasco. Sin saber cómo iban a terminar esos proyectos, hemos conseguido que tengan un triple efecto: nos servimos de nuestra materia prima, creamos productos duraderos y demostramos que los residuos que la gente cree que no valen sí que sirven para que otros puedan hacer lo mismo. Es fundamental que colaboremos juntos en esto”, añade el fundador, que se ha planteado que en 2026, el 100% de sus productos sean circulares, biodegradables, reciclados y reciclables.
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“El camino debe ser hoy y siempre devolver al planeta todo lo que nos da cada día”
Eduardo Uribesalgo
Fundador y director de innovación y sostenibilidad de Ternua