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Sandra Atutxa, Bilbao. Uno de los principales obstáculos con los que se encuentran las personas que emigran a otros países son las dificultades de integración, unido, en muchos casos, al rechazo. Sin trabajo, inician un largo viaje, siempre incierto y con la esperanza puesta en labrarse una mejor vida. La mitad de la población inmigrante que reside en Bizkaia es latina. Según datos recogidos en el Observatorio Vasco de Inmigración, (Ikuspegi) de los 91.444 inmigrantes que viven en el territorio vizcaino, 45.157, concretamente un 49,4% procede de países de Latinoamérica. El idioma, las raíces culturales y el carácter acogedor de los vascos son los principales motivos que animan a este colectivo de inmigrantes a rehacer sus vidas junto con los vizcainos. Sin embargo, los comienzos no son para nada fáciles y precisan de tiempo y de ayuda para adaptarse hasta conseguir la integración en la nueva sociedad en la que residen.

La asociación hispano-latinoamericana (Ahislama) lleva quince años trabajando y apostando para promover la interculturalidad e integración de las personas inmigrantes en la sociedad vizcaina. Aunque nunca han dejado fuera a nadie “en Ahislama todos los que lo necesiten tienen su casa”, destacan, pero sí señalan que prestan una especial atención a los de procedencia latina.

Ahislama apoya a personas inmigrantes y las excluidas o vulnerables de la sociedad que se encuentren residiendo en la CAPV, ofreciéndoles todo tipo de ayuda para que logren la plena integración en la sociedad vasca. Para ello llevan años prestando asesoría jurídica, acompañamiento sociolaboral y formación profesional. “De lo que se trata es de que estas personas encuentren y mantengan puestos de trabajo, medios de vida, vivienda, formación profesional, adaptación cultural y aceptación social. Cuando llegan no conocen nada, ni saben a dónde deben acudir”, asegura la presidenta de la asociación Ahislama, Marta Lucía González.

En la actualidad Colombia y Bolivia son las nacionalidades principales que viven en Euskadi, de las que más de la mitad residen en el territorio vizcaino, y, principalmente, en Bilbao y en su entorno, (28.138). Del total de latinos que viven en Bizkaia, un 62,9% son mujeres (28.869), frente a un 37,4%, (16.772) que son hombres. La llegada de inmigrantes latinos a Bizkaia se inició en el año 1998. Según explica la presidente de Ahislama, Marta Lucía González la idea de crear la asociación hace 15 años surgió con el fin de dotar a ese colectivo de inmigrantes de un instrumento de ayuda para buscar principalmente empleo. “Nos dimos cuenta que existía una oferta y una demanda, pero sin embargo, no había una bolsa de trabajo, ni nadie que hiciese esa labor de recomendación, ni de intermediación”, afirma. La mayoría de las personas que han tocado la puerta de Ahislama en los últimos quince años han sido jóvenes, de entre 20 y 45 años, con estudios superiores y con ganas de trabajar. “La gente viene ilusionada, pero los primeros meses hasta lograr un trabajo no suele ser fácil. Es ahí donde intentamos echarles una mano”, concreta el secretario de Ahislama, Alfonso Rojas Quevedo.

Personas sin trabajo y que necesitan información para moverse en un territorio nuevo; no solo mediante el autoempleo, sino ayudándoles a buscar trabajo por cuenta ajena y formándoles ha formado parte de la historia activa de esta asociación. “Tenemos cursos propios de informática, inglés, costura, castellano para extranjero, alfabetización”, enumera la presidenta. En quince años han pasado por la escuela de formación, situada en su sede, en el barrio de Otxarkoaga, medio millar de personas. Las personas que integran la asociación han contribuido en la inserción sociolaboral de más de mil personas.

AGRADECIDO El abogado Héctor Orozko dejó atrás hace unos años a su familia y salió de su país, Venezuela, para labrarse en Euskadi una mejor vida. Orozko recuerda los primeros días en una tierra desconocida, pero que sin embargo, le acogió “con los brazos abiertos”. “Estoy muy agradecido”, explica. Y añade: “Cuando escucho a la gente quejarse porque dicen que aquí, en Euskadi, hay pobreza, inseguridad... alucino”. Héctor también necesitó asesoramiento y ayuda de la asociación cuando aterrizó en Bizkaia y, ahora, él imparte clases de Informática. “Cuando llegas te sientes solo y necesitas apoyo. Aunque tienes estudios en tu país cuando llegas a otro tienes que empezar de nuevo. Me hablaron de la asociación y del secretario, Alfonso Rojas. Toqué su puerta para pedirles asesoramiento. A partir de ahí todo cambió”, confiesa.

Hace a penas un mes que ha llegado a Bizkaia una de las hijas de Héctor, Carolina. Desde el principio no ha dudado en colaborar con la asociación en las diferentes campañas de recogida de juguetes para niños en exclusión social. “Yo disfruto ayudando”, comenta esta joven que asegura haberse adaptado “fenomenal” a la nueva vida en Bizkaia. “Me gusta vivir aquí”, confiesa.

Los latinos que llegaron hace casi dos décadas a Bizkaia se han integrado, han trabajado y han formado una familia. “Cuando llegan vienen con la idea de regresar a su país en unos años. Sin embargo, cuando echan raíces y tienen hijos esa idea desaparece”, añade el vicepresidente de la asociación, Carlos Riveros López.

Ahislama también está integrada por vascos. Marian López es la tesorera y junto con Marta Lucía, una de las fundadoras. “La clave para que esta asociación siga funcionando es la coordinación de cada una de las piezas que la forman. La constituyen personas profesionales y serias que dedican su tiempo libre a trabajar para ayudar a otras. Es un lujo formar parte de este proyecto”, confluye.